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30 días con la Redemptoris Mater

Un mundo enfermo

Un mundo enfermo

Lo comprobamos nosotros mismos, poniendo la mano sobre nuestro corazón.

En un solo barco

En un solo barco

Uno para todos: hombres y mujeres, negros y blancos, sanos y enfermos, ateos y creyentes.

Líbrame del egoísmo

Líbrame del egoísmo

No permitas, Señor, que viva y muera con un corazón egoísta, preocupado sólo de tener yo lo necesario.

Por un hermano enfermo

Por un hermano enfermo

Señor, el que amas está enfermo, y tú vas a curarlo porque eres el médico y la medicina de Dios. Por eso te damos gracias.  Sólo tú posees el secreto de la salud y de la vida.

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