A través de esa palabra, Dios se dirige a la realidad más honda de la persona, nos orienta para que lleguemos a humanizar nuestro mundo, nuestra persona, todo lo que somos.
Pablo cree que ha sido destinado desde antes de su nacimiento para ser un vocero de Dios, y en particular para comunicar la palabra de Dios a las naciones, es decir, a los paganos.
Para Pablo no sería legítima una afirmación de la exclusividad salvífica de Cristo Jesús, centro del evangelio y experiencia básica del creyente, que no comporte la afirmación de su vivencia en común: optar por el evangelio de la justificación impone o
En los medios tradicionales del catolicismo popular, entre las categorías de personajes religiosos que se salen de la fila, figuran los profetas. Los profetas, prehistoriadores del futuro, superan la barrera del tiempo y cuentan lo que está por ver.
En la dinámica evangelizadora de hoy existe una marcada tensión entre la doctrina y la praxis. Hay quien insiste en la necesidad de las ideas claras, hay quien acentúa la dimensión de vivencia, sentido, compromiso.
Jesús anuncia el triunfo y la eficacia de los pobres, los últimos de la sociedad. Todo se ha invertido. La muerte de Jesús (el fracaso del pobre) viene a desvelarse como triunfo de la nueva humanidad.
Anuncia y realiza algo nuevo, por eso no sintoniza con los que dan culto a la repetición de las leyes de siempre, de lo que siempre se ha hecho y dicho. La piedad farisea no le va. Le gusta la innovación.
Jesús concibe su misión como anuncio y realización del Reino de Dios: de lo que sucede en la historia de los hombres cuando a Dios se le deja ser Dios y reina como quiere reinar.
Jesús había decidido que era necesario hacer algo con todos aquellos que viven en una situación de desesperanza material, de marginación social y de penuria espiritual.
Jesús, cada vez que se encuentra ante una situación de marginación de la mujer, manifiesta claramente su voluntad de restablecerla en su dignidad humana; pero esto produce también escándalo en la sociedad.