Taller de Oración II

Home arrow_carrot 2right icon Iglesia arrow_carrot 2right icon Rincón de la palabra arrow_carrot 2right icon Taller de Oración II
Háblale a Dios, conversa con Él

Háblale a Dios, conversa con Él

A veces, el orante necesita ‘hablar’, dialogar, desahogarse. Dejar que el corazón se le derrame ante Dios (Lm 2,19; Sal 60,9; 1S 1,15; Éx 33,11). Háblele con franqueza, con sencillez, sin artificio; o rece algo que le guste; o recite un salmo; o exprese los afectos que surjan de su corazón.

El orante se expresa (II)

El orante se expresa (II)

Ignacio de Loyola aconseja crear ‘gestos’; en el fondo, ‘modelos mentales y emocionales, al mismo tiempo que corporales’, en los que trata de enseñar a verter la propia relación de amor…

El orante se expresa (I)

El orante se expresa (I)

El orante necesita hacer algo, decir algo, expresarse, de algún modo. Necesita darle alguna ‘visibilidad’ a su relación.

Sin violencia en la presencia de Dios

Sin violencia en la presencia de Dios

El principio que rige el proceso oracional es que ‘todo sea sin violencia’. Todo ha de estar a la altura del corazón, donde la relación de amor se humaniza y donde la persona está contenida.

Espacio de sequedad

Espacio de sequedad

Dios va haciendo su obra sin contar, aparentemente, con nosotros. Hay que hay que ‘saber’ entender y aceptar con paciencia.

Por un momento, no tengas miedo…

Por un momento, no tengas miedo…

Tenemos prisa, más ante Dios. Como no vemos nada … Es fácil pretender dar­le a Dios nuestros modales humanos y creer que lo entendemos.

¡Estar consigo mismo!

¡Estar consigo mismo!

Una forma de espacio, aunque elemental, puede ser la llamada relajación, hoy tan trivializada. Asumida desde la fe, es descanso, y un relativo espacio abierto al amor de Dios; un espacio en la propia corporalidad

Desde mi ventana

Desde mi ventana

‘Desde mi ventana’, aunque real y cierta, en es­te caso es una metáfora útil, que me permito. Por ella miro la noche, los campos, la calle, los cam­bios del tiempo, toda la meteorología; la abro o la cierro; juego con ella.

Háblale a Dios, conversa con Él

Háblale a Dios, conversa con Él

A veces, el orante necesita ‘hablar’, dialogar, desahogarse. Dejar que el corazón se le derrame ante Dios (Lm 2,19; Sal 60,9; 1S 1,15; Éx 33,11). Háblele con franqueza, con sencillez, sin artificio; o rece algo que le guste; o recite un salmo; o exprese los afectos que surjan de su corazón.

El orante se expresa (II)

El orante se expresa (II)

Ignacio de Loyola aconseja crear ‘gestos’; en el fondo, ‘modelos mentales y emocionales, al mismo tiempo que corporales’, en los que trata de enseñar a verter la propia relación de amor…