Artículos en En el exilio

Como cristianos, creemos que llevamos la imagen de Dios en nosotros y esta es nuestra más profunda realidad. Hemos sido creados a imagen de Dios. Pero concebimos esta imagen de una forma demasiado ingenua, romantica y piadosa. Imaginamos que en algún lugar dentro de nosotros hay un bello icono de Dios estampado en nuestras almas. Puede ser, pero Dios, tal y como afirma la Escritura, es más que un icono. Dios es fuego -libre, infinito, inefable, incontenible.
(Ron Rolheiser, OMI)

Haciendo el amor con lo divino

Haciendo el amor con lo divino

por: Ron Rolheiser (Trad. Benjamín Elcano, CMF) en En el exilio el

Yo siempre he enseñado que hay cuatro principios no negociables para el discipulado cristiano: la fidelidad moral en nuestras vidas privadas, un compromiso con la justicia social, cierta implicación en la comunidad cristiana y un corazón tierno y bondadoso. Hacemos el amor con lo divino al vivir estos valores en nuestras vidas.

Teología y Espiritualidad: Escribir sobre ella o escribirla

Teología y Espiritualidad: Escribir sobre ella o escribirla

por: Ron Rolheiser (Trad. Benjamín Elcano, CMF) en En el exilio el

En el mundo de las artes hacen una distinción entre personas que crean una obra artística -un artista, un escultor o un novelista- y personas que escriben sobre artistas y sus obras. Tenemos novelistas y críticos literarios, artistas y críticos de arte, y ambos son importantes.

Lo que hacemos en privado

Lo que hacemos en privado

por: Ron Rolheiser (Trad. Benjamín Elcano, cmf) en En el exilio el

Nadie es una isla; en realidad, nadie está solo. Si eres una persona de fe o incluso alguien con un sentido intuitivo altamente afinado, sabrás que no hay cosa como un acto verdaderamente privado, para bien y para mal.

En los orígenes de nuestro universo: Jesús y el Big Bang

En los orígenes de nuestro universo: Jesús y el Big Bang

por: Ron Rolheiser (Trad. Benjamín Elcano, cmf) en En el exilio el

Recientemente, la NASA lanzó al espacio el James Webb Space Telescope, el telescopio mayor y más caro construido hasta ahora. Le costará seis meses viajar a un millón de millas de la tierra, encontrar su lugar de permanencia en el espacio y después empezar a transmitir imágenes a la tierra.

No hubo lugar en la posada

No hubo lugar en la posada

por: Ron Rolheiser (Trad. Benjamín Elcano, cmf) en En el exilio el

Jesús nació fuera de la ciudad, fuera de un hospital, fuera de una casa normal. Los Evangelios nos dicen que nació en un establo, fuera de la ciudad, porque no había lugar para ellos en la posada.

Prestar oído a nuestras almas

Prestar oído a nuestras almas

por: Ron Rolheiser (Trad. Benjamín Elcano, cmf) en En el exilio el

Durante la ocupación nazi de Francia en la Segunda Guerra Mundial, un grupo de teólogos jesuitas que oponía resistencia a la ocupación publicó un periódico clandestino, Cahiers du Temoignage Chretien, que tuvo una famosa línea de apertura en su primer número: “Francia, ten cuidado de no perder tu alma”.

La especie humana

La especie humana

por: Ron Rolheiser (Trad. Benjamín Elcano, cmf) en En el exilio el

Yo nunca podría ser crítico literario; no porque no sepa distinguir la buena literatura de la mala, sino porque carezco del corte duro. Si no me gusta un libro, me resisto a decirlo. Por el contrario, si un libro me gusta, tiendo a ser más su animador que su tasador crítico.

Abandonar la iglesia

Abandonar la iglesia

por: Ron Rolheiser (Trad. Benjamín Elcano, cmf) en En el exilio el

¿Por qué hay tanta gente que abandona sus iglesias? No hay una única respuesta a esta pregunta. La gente es compleja. La fe es compleja. Los problemas son complejos.

Tratando de la parálisis emocional

Tratando de la parálisis emocional

por: Ron Rolheiser (Trad. Benjamín Elcano, CMF) en En el exilio el

Nuestra mayor fortaleza es con frecuencia nuestra mayor debilidad. La sensibilidad es un don; pero, como cualquier persona sensible te dirá, ese don puede ser una bendición híbrida. A veces, una piel tosca e insensible puede librarte de mucho sufrimiento, particularmente del dolor de corazón.

La noción de vocación

La noción de vocación

por: Ron Rolheiser (Trad. Benjamín Elcano, cmf) en En el exilio el

Fui educado en una generación que enseñó que Dios daba a cada uno de nosotros una vocación que vivir para siempre. En la característica religiosa de aquel tiempo, particularmente en la religiosidad romana católica, creíamos que nos ponían en esta tierra con un plan divino para nosotros, que Dios nos daba a cada uno una especial vocación que vivir de por vida.

Darnos una mejor historia

Darnos una mejor historia

por: Ron Rolheiser (Trad. Benjamín Elcano, cmf) en En el exilio el

En un reciente libro, Viviendo entre mundos, James Hollis ofrece una obra de ingenio que lleva más profundidad de lo que es evidente a primera vista. Un terapeuta dice a un cliente: Yo no  puedo resolver su problema, pero puedo darle una historia más convincente para su dolor.

Atar y desatar

Atar y desatar

por: Ron Rolheiser (Trad. Benjamín Elcano, cmf) en En el exilio el

Decir a alguien, con todo el corazón,Te amo’, es virtualmente lo mismo que decirTú nunca morirás’. El filósofo del siglo XX Gabriel Marcel escribió esas palabras, que repiten las escritas quinientos años antes por la beata Magdalena Panattieri,  terciaria dominica, quien escribió a un amigo: Yo no podría ser feliz en el cielo si tú no estuvieras allí también.

Permiso para estar triste

Permiso para estar triste

por: Ron Rolheiser (Trad. Benjamín Elcano, cmf) en En el exilio el

Hoy, ni nuestra cultura ni nuestras iglesias nos dan el permiso preciso para estar tristes. Ocasionalmente, sí, cuando un ser querido muere o nos sucede alguna tragedia particular, nos permiten estar tristes, abatidos,  llorosos, no optimistas. Pero hay en nuestras vidas otras muchas ocasiones y circunstancias en las que nuestras almas están legítimamente tristes.

Inmigración : antes y ahora

Inmigración : antes y ahora

por: Ron Rolheiser (Trad. Benjamín Elcano, cmf) en En el exilio el

En el verano de 1854, el presidente de Estados Unidos, Franklin Pierce, envió a Isaac Stevens para ser gobernador del territorio de Washington, una superficie de tierra controlada por el gobierno federal. El gobernador Stevens convocó a un encuentro de jefes nativos para tratar de la tensión entre el gobierno de Estados Unidos y los nativos.

¿Tenemos ángeles de la guarda?

¿Tenemos ángeles de la guarda?

por: Ron Rolheiser (Trad. Benjamín Elcano, cmf) en En el exilio el

De niño, me enseñaron que tenía un ángel de la guarda, un verdadero ángel dado por Dios para acompañarme por todas partes y protegerme de todo peligro. Recuerdo una estampa piadosa que me dio mi madre y que mostraba a un niño pequeño jugando peligrosamente junto al borde de un acantilado y a un ángel protegiéndolo allí.

¿Qué se halla finalmente en el centro de nuestra atención?

¿Qué se halla finalmente en el centro de nuestra atención?

por: Ron Rolheiser (Trad. Benjamín Elcano, cmf) en En el exilio el

En la novela de Walker Percy Amor en las ruinas (1971), su protagonista es un psiquiatra llamado Tom More. More es un católico romano que ya no practica su fe, aunque todavía cree. Así es como describe su situación: “Creo en Dios y todo lo que eso conlleva, pero las mujeres son lo que más amo, después la música y la ciencia, lo siguiente el whisky, a Dios en cuarto lugar, y a mi prójimo apenas nada. … Aun así, todavía creo”.

Cuando dudamos del poder de la oración

Cuando dudamos del poder de la oración

por: Ron Rolheiser (Trad. Benjamín Elcano, cmf) en En el exilio el

Necesitamos orar aun cuando eso parezca hacer la cosa con menos vida. Ese es un consejo de Michael J. Buckley con el que necesitamos desafiarnos diariamente. Ante la vida real, la oración puede parecer con frecuencia la cosa  con menos vida. ¿Qué supone hacer oración?

Bajo un puente en Austin

Bajo un puente en Austin

por: Ron Rolheiser en En el exilio el

Recientemente, en un taller, una mujer compartió su ansiedad por la muerte de su hermano. Su hermano mayor había muerto a causa del Covid antes de que hubiera vacunas para él, y había muerto porque se había expuesto peligrosamente a contraer el virus.