En el exilio

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Como cristianos, creemos que llevamos la imagen de Dios en nosotros y esta es nuestra más profunda realidad. Hemos sido creados a imagen de Dios. Pero concebimos esta imagen de una forma demasiado ingenua, romantica y piadosa. Imaginamos que en algún lugar dentro de nosotros hay un bello icono de Dios estampado en nuestras almas. Puede ser, pero Dios, tal y como afirma la Escritura, es más que un icono. Dios es fuego -libre, infinito, inefable, incontenible. (Ron Rolheiser, OMI)
Cinco personas que me ayudaron a auto-comprenderme

Cinco personas que me ayudaron a auto-comprenderme

Aunque crecí en una familia y comunidad llena de afecto y seguridad y de buena crianza, uno de los recuerdos dominantes de mis años de infancia y adolescencia es el de ser inquieto y de algún modo descontento.

Sin padre en lo profundo de nuestro ser

Sin padre en lo profundo de nuestro ser

Los antropólogos nos dicen que el “hambre de padre”, un deseo frustrado de ser acogido por nuestros propios padres, es una de las más profundas hambres que hay en el mundo de hoy, especialmente entre los hombres.

Cómo reaccionamos ante la crítica y la oposición

Cómo reaccionamos ante la crítica y la oposición

¿Habéis observado alguna vez cómo reaccionamos espontáneamente ante una amenaza percibida? Encarada una amenaza, nuestros instintos primarios tienden a tomar posesión, e instantáneamente nos bloqueamos y empezamos a cerrar todas las puertas que abren a la cercanía, amabilidad y empatía que hay en nosotros.

Nuestra timidez ante la abundancia de Dios

Nuestra timidez ante la abundancia de Dios

Mi juventud tuvo sus fortalezas y sus debilidades. Crecí en una casa de campo en el corazón de las praderas canadienses, inmigrante de segunda generación. Nuestra familia era numerosa, y la pequeña casa de campo en que vivimos nos dio lo suficiente para seguir viviendo, aunque no más.

Venga tu Reino, pero aún no

Venga tu Reino, pero aún no

A un amigo mío le gusta reírse de sus peleas a propósito del crecimiento. “Cuando yo estaba en la década de mis veinte años -se mofa- me imaginé  que, para cuando tuviera cuarenta, habría crecido lo bastante para desprenderme de mis malos hábitos.

Recelar de nuestra propia madurez

Recelar de nuestra propia madurez

Nuestros cuerpos y nuestras almas tienen por separado su proceso de madurez, y no siempre están en armonía. Así, T. E. Laurence, en “Los siete pilares de la sabiduría”, hace este comentario sobre alguien: “Tenía miedo de su madurez conforme profundizaba más, con su maduro pensamiento y acabado arte, pero a la que le faltaba la poesía de la infancia para hacer vivo un final completo de la vida… su condicionada y mortal alma madurando más rápidamente que su cuerpo, iba a morir antes que él, como la mayoría de las nuestras”.

De armas y pacifismo

De armas y pacifismo

Los Evangelios nos cuentan que, después de la muerte del rey Herodes, un ángel se apareció en sueños a José en Egipto y le dijo: “Levántate. Toma al Niño y a su Madre y vete a la tierra de Israel, porque ya han muerto aquellos que atentaban contra la vida del Niño” (Mt. 2, 19-20). El ángel, al parecer, habló prematuramente; el Niño Jesús estaba todavía en peligro, está aún en peligro, está amenazado de muerte y todavía le siguen la pista, aun hoy día.

La lucha por amar a nuestro prójimo

La lucha por amar a nuestro prójimo

“La idolatría más perjudicial no es el becerro de oro sino la enemistad contra el otro”. El renombrado antropólogo René Girard escribió eso, y su verdad no se admite fácilmente. A casi todos nosotros nos gusta creer que somos maduros y de gran corazón, y que amamos a nuestros prójimos y estamos libres de enemistad hacia otros. Pero, ¿es esto así?

Sensibilidad y sufrimiento

Sensibilidad y sufrimiento

Daniel Berrigan, en una de sus famosas frases ingeniosas, escribió una vez: ¡Antes de que te comprometas en serio con Jesús, considera primero en qué grado vas a dar una buena imagen en el madero (de la cruz)!

La bondad ordinaria y nuestro itinerario espiritual

La bondad ordinaria y nuestro itinerario espiritual

El escritor de espiritualidad Tom Stella cuenta una historia de tres monjes en oración en la capilla de su monasterio. El primer monje se imagina a sí mismo siendo llevado al cielo por los ángeles. El segundo monje se imagina a sí mismo ya en el cielo, cantando las alabanzas de Dios con los ángeles y santos…

Fe y miedo

Fe y miedo

Un soldado corriente no tiene miedo a la muerte, y en cambio Jesús sí que tuvo. Iris Murdoch escribió esto, y esa verdad puede ser algún tanto desconcertante. ¿Por qué? Si alguien muere con profunda fe, ¿no debería morir en cierta calma y tener la confianza de obtener el premio de esa fe?