En el exilio

Atar y desatar
Decir a alguien, con todo el corazón, ‘Te amo’, es virtualmente lo mismo que decir ‘Tú nunca morirás’. El filósofo del siglo XX Gabriel Marcel escribió esas palabras, que repiten las escritas quinientos años antes por la beata Magdalena Panattieri, terciaria dominica, quien escribió a un amigo: Yo no podría ser feliz en el cielo si tú no estuvieras allí también.

Tened cuidado con vuestros círculos internos
Ningún hombre es una isla. John Donne escribió esas palabras hace cuatro siglos, y son tan válidas ahora como lo fueron entonces, aunque nosotros ya no las creemos.

Permiso para estar triste
Hoy, ni nuestra cultura ni nuestras iglesias nos dan el permiso preciso para estar tristes. Ocasionalmente, sí, cuando un ser querido muere o nos sucede alguna tragedia particular, nos permiten estar tristes, abatidos, llorosos, no optimistas. Pero hay en nuestras vidas otras muchas ocasiones y circunstancias en las que nuestras almas están legítimamente tristes.

Inmigración : antes y ahora
En el verano de 1854, el presidente de Estados Unidos, Franklin Pierce, envió a Isaac Stevens para ser gobernador del territorio de Washington, una superficie de tierra controlada por el gobierno federal. El gobernador Stevens convocó a un encuentro de jefes nativos para tratar de la tensión entre el gobierno de Estados Unidos y los nativos.

¿Tenemos ángeles de la guarda?
De niño, me enseñaron que tenía un ángel de la guarda, un verdadero ángel dado por Dios para acompañarme por todas partes y protegerme de todo peligro. Recuerdo una estampa piadosa que me dio mi madre y que mostraba a un niño pequeño jugando peligrosamente junto al borde de un acantilado y a un ángel protegiéndolo allí.

¿Qué se halla finalmente en el centro de nuestra atención?
En la novela de Walker Percy Amor en las ruinas (1971), su protagonista es un psiquiatra llamado Tom More. More es un católico romano que ya no practica su fe, aunque todavía cree. Así es como describe su situación: “Creo en Dios y todo lo que eso conlleva, pero las mujeres son lo que más amo, después la música y la ciencia, lo siguiente el whisky, a Dios en cuarto lugar, y a mi prójimo apenas nada. … Aun así, todavía creo”.
¿Qué hay en una despedida?
Las despedidas pueden ser duras. Cuando amamos a alguien que se marcha, hay siempre tristeza, particularmente desgarradora cuando ese ser querido se ausenta por muerte. Aun así, sabemos por experiencia que al final del día las despedidas no son tanto una muerte cuanto una transición. Una manera de estar presente uno con otro está acabando y dando paso a otra que es solo el comienzo y, a la larga, servirá mejor al amor.
Calificar el momento presente: metáforas para meditar
No todo puede ser arreglado ni remediado, pero todo debería ser llamado con propiedad. Richard Rohr dijo eso. James Hillman sugiere algo semejante al escribir que un síntoma sufre al máximo cuando desconoce adónde pertenece.
El amor, y no las excusas, es el que hace avanzar.
“Lo excusable no necesita ser excusado y lo inexcusable no puede ser excusado". Michael Buckley escribió esas palabras comentando la triple traición de Pedro a Jesús. Este es el marco. Pedro había traicionado a Jesús en su hora más comprometida, no por maldad, sino simplemente por debilidad. Ahora, al mirar a Jesús por primera vez desde aquella traición, Pedro se siente comprensiblemente intranquilo. ¿Qué se dice después de traicionar a alguien?
Espiritualidad: Un lugar donde todos creyentes pueden confluir.
¿Dónde podemos confluir todos los creyentes más allá de las divisiones creadas por la historia, el dogma, la denominación y la religión? ¿Dónde hay un lugar en el que toda gente de corazón sincero pueda encontrar un motivo común y tomar parte en el culto todos juntos?
Manejar una ascensión
Un amigo mío, algún tanto cínico para con la iglesia, indicó recientemente: “Lo que está tratando de hacer la iglesia institucional de hoy es poner su mejor rostro al hecho de que está muriéndose. Básicamente, está tratando de manejar una muerte”.