
El amor primero (Martes Santo)
El profeta Jeremías, figura de Jesús, reconoce: “Estaba yo en el vientre, y el Señor me llamó; en las entrañas maternas, y pronunció mi nombre (Is 49, 1). Esta confesión pone letra a una realidad que deberíamos reconocer cada ser humano, y de manera especial quienes hemos sido enriquecidos con la fe, y quizá con la llamada al seguimiento del Maestro de Nazaret.