La alegría de la Pascua no responde a un ciclo anual, ni al buen tiempo o despertar de la naturaleza, sino a la noticia que fundamenta la fe cristiana, la resurrección de Jesucristo, una vez para siempre.
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Tiempos fuertes
Galilea
Volver a Galilea es volver al inicio del seguimiento, al ejercicio de memoria para recordar lo que sucedió cuando Jesús se encontró por primera vez con sus discípulos, a aquellos momentos luminosos junto al Lago de Tiberiades, a los paseos en barca, las noches al raso bajo las estrellas en un clima suave, entorno florecido, convivencia cercana con el Nazareno.
El perdón
Pascua es paso del pecado a la gracia, del rencor al perdón, de la tristeza al gozo. Pascua es paso de la duda a la fe, del resentimiento a la alabanza, del ensimismamiento a la entrega, de la soledad a la pertenencia comunitaria.
Las Escrituras
El testimonio de aquellos caminantes no es invento para buscar consuelo. No es necesidad del afecto, porque no se muera el recuerdo del que amas. ¡Cristo ha resucitado, según las Escrituras!
Las heridas
De no haber sido verdad que los discípulos del Señor habían podido tocar las huellas transfiguradas de las llagas de su Pasión, la imaginación no habría podido forjar que habían reconocido al Resucitado por esas señales.
En figura de otro
En el Evangelio se afirma que lo que hagamos al prójimo, se lo hacemos a Cristo. Los santos de todos los tiempos han tenido el don de descubrir en los más pobres, débiles, enfermos o marginados el paso del Señor.
23. Pierre Teilhard de Chardin: Sufrimiento redentor
En el sufrimiento se esconde la fuerza ascendente del mundo de una manera muy intensa.
24. Arzobispo Oscar Romero. Admite la culpa
La sociedad actual es una especie de mundo anónimo en el que nadie desea admitir la culpa y en el que todos son responsables.
19. San Vicente de Paúl. La gracia de Dios.
Abandónate completamente en las manos de Dios con la esperanza de que el hará de ti lo que Él quiere que tú seas.
20. Ronald Rolheiser, O.M.I.: Haciendo duelo por nuestras pérdidas
Quizás el mayor reto psicológico y espiritual que tenemos cuando alcanzamos la mitad de la vida es el de hacer duelo por nuestras muertes y pérdidas.
21. Santa Teresa de Lisieux. La vocación de amar.
Deseo sufrir por amor e incluso alegrarme a través del amor; y así esparciré flores delante de tu trono.