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Jóvenes

Papeles manchados

Papeles manchados

 Somos papeles manchados… pero también de colores. Que el Señor pueda escribir en ellos lo que quiera

Busco una verdad

Busco una verdad

Meditación y plegaria del Cardenal Martini: Sobre la verdad de nuestra vida, la Verdad que es Jesús

El banquero que abrazó a Dios

El banquero que abrazó a Dios

Un buen día de 2005 , David Barrins , un exitoso corredor irlandés del mercado de divisas abandona una vida de lujo en el centro financiero de Dublín para seguir la llamada de Dios y convertirse en fraile dominico.

Una monja es un bicho raro

Una monja es un bicho raro

A los 16 años escuchó la llamada de Dios. Esta carmelita se aferró a la guitarra y a la música para difundir la palabra del Señor. Admite que la Iglesia tiene que evolucionar y pide mayor igualdad entre mujeres y hombres.

Enfermera, concejala… y monja

Enfermera, concejala… y monja

María Teresa Martínez Vallvey, una edil de UPN en Navarra, acaba de renunciar a su plaza de enfermería después de años de estudio y tres oposiciones porque ha sentido que Dios la quiere «para Él». Dejará su puesto en un hospital público para ingresar en las Misioneras de la Caridad

El cocodrilo y el pichón

El cocodrilo y el pichón

¿Ayudar sólo a los míos? ¿Es eso solidaridad? ¿Somos tan distintos como un cocodrilo y un pichón?

Los dos remos

Los dos remos

Como tantos jóvenes, aquél no «necesitaba» a Dios. Y así se lo dijo al barquero, que sí decía creer en Dios.

Doña Maya y Don Barro

Doña Maya y Don Barro

Tarde o temprano, los que se creen superiores y miran a los demás desde lo alto, terminar por caerse de su campanario y son condenados al olvido». Pero dentro de ti guardas tesoros más preciosos que la belleza.

Raices profundas

Raices profundas

Cómo fortalecerse para afrontar las dificultades que trae la vida. Aprender a ser profundos y estar enraizados sólidamente.

El Espíritu hace recordar la música

El Espíritu hace recordar la música

El Espíritu Santo despierta en nosotros todo cuanto de hermoso hay escondido. Es el soplo que da vida a las ascuas, el aliento que inspira las palabras, el que nos hace recordar la música olvidada.

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