Dicen que las niñas hablan antes y más que los niños. Es fácil imaginársela calladita, pero…, ¿y si hubiera sido locuaz?

Dicen que las niñas hablan antes y más que los niños. Es fácil imaginársela calladita, pero…, ¿y si hubiera sido locuaz?
Queremos vivir los signos de los tiempos y en el sentir de la Iglesia. Muy pronto (octubre de 2008) el Sínodo de los obispos va a tratar, por fin y afortunadamente, el tema de la Palabra de Dios en la vida y misión de la Iglesia. María, nuestra Madre, fig
Tal al vez ese fue el signo mejor: «veréis a un niño envuelto en pañales», un niño normal con una madre, que también fue niña.
El sacerdote puede y debe sentirse hijo muy querido de esta altísima y humildísima Madre.
Dicen que no hay dolor más grande que ver morir a un hijo. Dicen que es lo peor que te puede pasar en vida.
Hoy repaso mi pequeña historia y puedo constatar cómo ella fue marcándome el camino y aydándome a dar pasos por él.
La relación de María con Jesús no se agota en la maternidad, hoy nos asomamos a un nuevo título de María, el de discípula.
Cuando nos sintamos solos, en nuestro dolor, en nuestras penas en nuestro desgarro, acordémonos de María.
Visitada repetidamente por el dolor, una enferma de cáncer hace su propia lectura de las palabras del cuarto evangelio: «Junto a la cruz de Jesús estaba su Madre» (Jn 19, 25). Mirando a María -dice- tiene sentido el dolor, nuestro dolor, ya que la cruz
«Porque ha mirado la humillación de su esclava» (Lc 1,47)
Yo soy la abogada de los pecadores ante mi Hijo. Él me ha prometido escuchar mi plegaria para quienes me alegran al pedir a través de mi persona la Vida Eterna.