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Nuestro sobrecargado planeta

Nuestro sobrecargado planeta

Crear la raza humana puede que sea el error más grande que la evolución cometió. Douglas Abrams escribe esto en The book of hope (“El libro de la esperanza”), un libro del que es coautor con Jane Goodall. Aun cuando esa es una visión más bien desesperante, al fin, este libro es un  libro de esperanza, aun no sin lanzar un aviso espantoso…

Enamorarse

Enamorarse

¡Enamorarse! Usamos esta expresión para referirnos a muchas cosas: Te puedes enamorar de un bebé, de un equipo deportivo, de una ciudad, de un trabajo o de otra persona. Con todo, reservamos el primer analogado de esta expresión para una cosa: el enamoramiento emocional, ese sentimiento embriagador que percibimos por primera vez cuando nos encontramos con alguien a quien sentimos como un alma gemela.

Mañana y mañana

Mañana y mañana

En su libro Confesiones, san Agustín describe cómo su conversión al Cristianismo comprometió dos diferentes momentos de gracia; el primero, que le persuadió intelectualmente de que el Cristianismo era lo correcto, y el segundo, que lo habilitó para vivir lo que creía.

Invitación a la madurez – Llorando sobre Jerusalén

Invitación a la madurez – Llorando sobre Jerusalén

La madurez tiene varios niveles. La madurez básica se define como haber superado esencialmente el egoísmo instintivo con el que nacimos, de modo que nuestra motivación y acciones sean ahora determinadas por las necesidades de los demás y no sólo por las propias nuestras.

¿Puede la tierra gritar?

¿Puede la tierra gritar?

¿La tierra siente dolor? ¿Puede gemir y gritar a Dios? ¿Puede la tierra maldecirnos por nuestros crímenes? Parecería que sí, y no sólo porque lo dicen los ecologistas, los moralistas y el Papa Francisco. La misma Escritura parece decirlo.

La ley de la gravedad y el Espíritu Santo

La ley de la gravedad y el Espíritu Santo

Dios está cargado eróticamente y el mundo está dolorosamente apasionado; de ahí que se abracen uno a otro en mutua atracción y filiación. El filósofo judío Martin Buber hizo esa afirmación, y aunque parece repetir perfectamente una frase del párrafo inicial de la autobiografía de san Agustín (“Nos has hecho para ti, Señor, y nuestros corazones están inquietos hasta que descansen en ti”) insinúa algo más.

¿Qué tipo de casa puedes edificarme?

¿Qué tipo de casa puedes edificarme?

¿Qué está bien y qué está mal? Luchamos mucho por cuestiones morales, frecuentemente con una rectitud segura de sí misma. Y generalmente caemos en esa misma autorectitud cada vez que argüimos sobre el pecado. ¿Qué constituye un pecado y qué contribuye a un pecado grave?

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