Vivimos como tribus guerreras opuestas listas para la batalla.

Vivimos como tribus guerreras opuestas listas para la batalla.
Fundamentalmente, lo que nos enseña José es cómo vivir en amorosa fidelidad.
Cuando la joven mística francesa, Santa Teresita de Lisieux, intentaba explicar su vocación, se refirió a una vivencia interior que le abrasó el alma y que había recibido como don:
La esencia del discipulado cristiano reside en revestirnos del corazón de Cristo.
No hemos perdido totalmente la inocencia; el mundo no es un lugar tan malo como parece.
Algunas veces la cautela me achica el corazón. La cautela y la seguridad son también peligrosas.
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