Distintos laicos hacen una breve sugerencia para la vida seglar. Cada uno contempla el Evangelio desde una dimensión de la vida laical.
Distintos laicos hacen una breve sugerencia para la vida seglar. Cada uno contempla el Evangelio desde una dimensión de la vida laical.
En la encarnación, en Navidad, Dios no entra en el mundo como un super-héroe que llega desplegando un gran poder y que erradica todos los males, de modo que lo único que tenemos que hacer es mirar, observar, gozar del espectáculo y quedarnos satisfechos ya que el mal llevó su merecido.
La familiaridad engendra desdén. También bloquea el misterio de Navidad, ya que genera una percepción de la vida que no permite ver la divinidad dentro de la humanidad.
Todos nosotros, en diferentes momentos de nuestra vida, nos encontramos solos, perdidos, perplejos, y tentados de despistarnos por un camino que no nos conducirá a la vida. En tales momentos necesitamos acercarnos a Dios con una oración decididamente honesta, franca y humilde.
Una de las razones por las que necesitamos orar es para no desalentarnos, para no desfallecer. A todos nosotros nos ocurre esto, a veces. Nos desalentamos siempre que la frustración, el cansancio, el miedo y la impotencia ante las humillaciones de la vida conspiran juntas para paralizar nuestras energías, reducen nuestra resistencia, drenan nuestro valor y nos llevan a sentirnos débiles inmersos en la depresión.
En nuestros momentos de mayor reflexión sentimos la importancia de la oración; sin embargo, tenemos que luchar para orar. No nos resulta nada fácil una oración sostenida y profunda. ¿Por qué?
Hay diferentes clases de soledad y diferentes clases de intimidad. Y sentimos malestar en muchas partes.
Todos nos esforzamos en proyectar una determinada imagen, en nuestra sociedad eso tiene un nombre: ser ‘frío’.
Nuestra sociedad normalmente nos invita en la dirección opuesta, a tomar el camino más trillado.
Es difícil celebrar correctamente. Queremos hacerlo, pero no sabemos cómo.
¿Has hecho alguna vez algo simplemente por principio, porque era lo que había que hacer, sabiendo que no podrías mostrarlo o explicarlo a nadie?