Ronald Rolheiser | En el Exilio
Imagina haber nacido ciego y vivir hasta la adultez sin haber visto nunca la luz ni los colores. Luego, gracias a una operación milagrosa, los médicos logran devolverte la vista. ¿Qué sentirías al abrir los ojos por primera vez? ¿Asombro? ¿Desconcierto? ¿Éxtasis? ¿Dolor? ¿Alguna combinación de todo ello?









