Oración
Este tiempo es propicio para atender a tres llamadas de la Palabra: ayunar, compartir los bienes y orar, que responden al mandamiento de amar a Dios con todo el corazón, con toda la mente y con todas las fuerzas. Y ante las tentaciones del afán de poder, de los deseos de tener y de placer, se nos recomiendan los antídotos de orar, dar limosna, y ayunar.
Ceniza
La Iglesia, como rito de apertura del Tiempo Cuaresmal, invita a los fieles a la ceremonia de la imposición de la ceniza, a la vez que los llama a la conversión y al encuentro consigo mismos con el símbolo existencial que evocan las palabras: “Recuerda de que eres polvo”. Aunque también hay otra fórmula, quizá más pedagógica y positiva: “Convertíos y creed en el Evangelio”.
Concierto (24 de diciembre)
He invitado a los ángeles músicos para que den un concierto en Nochebuena, y sin dudarlo, se han ido a recoger los instrumentos. He visto que traían tambores, címbalos, sistros, arpas, liras, cítaras, flautas, oboes, trompetas, salterios…
Aguinaldo (22 de diciembre)
Es tiempo de ofrendas, de aguinaldos, de compartir los dones, de acordarse de quienes tienen menos, de regalarse a los amigos con gestos de amor sincero, con buenas nuevas y presencias solidarias.
¡Albricias! (21 de diciembre)
Déjame hoy irrumpir en alabanzas ante el anuncio de que está ya cerca el Señor. Déjame permanecer atento, por si llega el que espero, y llama a mi puerta quedamente. No deseo incurrir en distracciones, si se oyen ya los cánticos al alba.
La señal (20 de diciembre)
En todo contrato de transacción de bienes suele estipularse, antes de cerrarlo definitivamente, el adelanto de una señal. Si el contrato se firma, la señal se descuenta; si no se llega a cerrar el contrato, la señal se pierde.
Undécima Estación. Jesús es clavado en la Cruz
Jesús, ¿era necesario que llegaras hasta aquí? “Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos”. La Cruz nos revela que Dios. en vez de aconsejarnos cómo soportar nuestro dolor, se ha convertido en nuestro propio sufrimiento. Toda cruz es sacramento de la Redención.
Novena Estación: Jesús cae por tercera vez
Jesús, ¿por qué aguantas tanto? Tres veces fue tentado y las tres veces venció. Tres veces fue negado, y tres veces confesó al discípulo el amor. Nunca dejará Jesús de ofrecernos su mano, pues Él sabe de qué barro hemos sido hechos. Siempre nos dará la fuerza suficiente para levantarnos.
Séptima Estación: Jesús cae por segunda vez
Jesús, ¿es necesario tanto abajamiento? Se rebajó de su rango, y tomó la condición de esclavo, pasando por uno de tantos. Nunca la caída debiera ser razón para permanecer en el suelo si el Maestro nos enseña a levantarnos siempre.
Sexta Estación: La verónica limpia el rostro a Jesús
Jesús, ¿me dejarás aliviar tu sudor en el camino de la Cruz? “Lo que hagas a uno de estos mis pequeños conmigo lo hiciste”. Se nos ha constituido samaritanos, manos solidarias, vasos de agua y pan partido para quienes sufren necesidad. Se nos ha constituido mediación de la misericordia de Dios para cuantos sienten desolación y lloran.
Octava Estación: Jesús se dirige a las mujeres de Jerusalén
Jesús, ¿por qué te detuviste a hablar a las mujeres, en el penoso camino de la Cruz? Así lo hice con la samaritana, con la cananea, con la sirofenicia, con la viuda de Naím, con la pecadora, con Marta y María, con María Magdalena, con la adúltera, y con mi Madre.