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Escribir tu propio obituario

Escribir tu propio obituario

Durante la vida se te presenta un momento en el que es hora de dejar de escribir tu currículo y empezar a escribir tu obituario. No estoy seguro de  quién  acuñó esa frase por primera vez, pero contiene sabiduría.

Morir solo en el desierto

Morir solo en el desierto

Recientemente recibí una carta de una amiga, quien me contó que estaba temerosa de aceptar una cierta vocación porque la dejaría demasiado sola. Compartió este temor con su director espiritual, que le dijo simplemente: “¡Charles de Foucauld murió solo en el desierto!” 

Sobre estar celoso de la generosidad de Dios

Sobre estar celoso de la generosidad de Dios

“El gallo cantará al romper tu propio ego; ¡hay mil maneras de despertar!” John Shea me confió esas palabras y las entendí un poco mejor recientemente mientras esperaba mi turno en un aeropuerto: me había inscrito para un vuelo, me acerqué a seguridad, vi una enorme fila y asumí el hecho de que me llevaría al menos 40 minutos pasar.

No estar a la defensiva

No estar a la defensiva

En gran parte del mundo secularizado, vivimos en un ambiente algo antieclesial y anticlerical. Hoy día está muy de moda fustigar a las iglesias, sea católica romana, protestante o evangélica. Con frecuencia, esto se hace pasando por ser de mentalidad abierta e ilustrada, y resulta el único prejuicio que es confirmado intelectualmente.

Profecía silenciosa

Profecía silenciosa

El discipulado cristiano nos convoca a todos a ser proféticos, a ser defensores de la justicia, a ayudar a dar voz a los pobres y a defender la verdad. Pero no todos nosotros, por temperamento o por vocación particular, somos convocados a la desobediencia civil, a las manifestaciones públicas y a la línea de los vigilantes huelguistas, como fueron Dorothy Day, Martin Luther King, Daniel Berrigan y otras figuras proféticas semejantes.

De inocencia, pureza y castidad

De inocencia, pureza y castidad

En el rito del bautismo cristiano, existe un pequeño ritual que es al mismo tiempo enternecedor e irreal. En un momento del rito bautismal, el niño es envuelto en una vestidura blanca para simbolizar inocencia y pureza. El sacerdote o ministro oficiante dice estas palabras: “Recibe esta vestidura bautismal y consérvala sin mancha hasta el tribunal de nuestro Señor Jesucristo”.