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La dos caras de la hipocresía

La dos caras de la hipocresía

¡Qué sutil es la hipocresía! Qué fácil es no ver nuestras propias incoherencias, aunque veamos tan nítidamente los defectos de los demás. ¿Estamos obstinadamente ciegos, o es que simplemente no vemos? ¿Es un problema moral o visual? Veamos estos ejemplos:

El permiso de Dios para la fatiga humana.

El permiso de Dios para la fatiga humana.

Alguien preguntó una vez a Teresa de Lisieux si estaba mal dormirse mientras se rezaba. Ella respondió: En absoluto. Un niño pequeño es igualmente agradable a sus padres, despierto o dormido – ¡probablemente más cuando duerme!

Renunciar al miedo

Renunciar al miedo

Un amigo mío cuenta esta historia: Era hijo único. Cuando se acercaba a los treinta años, aún soltero, cursando brillantemente una carrera y viviendo en la misma ciudad que sus progenitores, su padre murió, dejando a su madre viuda. Esta, que había centrado su vida en su familia y en su hijo, quedó comprensiblemente desolada. Gran parte de su mundo se derrumbó; había perdido a su esposo… pero aún tenía a su hijo.

Juegos de reno

Juegos de reno

Me repugnan las multitudes, al menos muchas de ellas. Me encuentro a gusto en los partidos de fútbol, en los cuales una multitud deja al margen su cordura durante un par de horas en beneficio de una liberación catártica. Pero me repugnan esas multitudes enganchadas a una fiebre que se atiborra del pensamiento del grupo, sea de una novedad cultural, una ideología política, un fundamentalismo religioso, un racismo inconsciente, un nacionalismo descarriado, o sea un entusiasmo desmedido de cualquier clase.

Después de que la florescencia ha abandonado la rosa

Después de que la florescencia ha abandonado la rosa

¿Cuál es nuestro centro más profundo? Normalmente elegimos eso para significar la parte más profunda de nuestro corazón, la parte más profunda de nuestra alma, nuestro centro afectivo, nuestro centro moral, ese lugar que hay dentro de nosotros y que Thomas Merton llamó le pointe vierge. Y esa es una buena manera de imaginarlo. Pero hay otra.

Orando con los salmos

Orando con los salmos

Dios actúa en los salmos de una manera que no se le permite en teología. Esa ocurrencia viene de Sebastian Moore y debería ser destacada en un momento en que hay menos gente que quiere orar con los salmos, porque se siente ofendida por lo que a veces encuentra en ellos. Más y más, vemos a gente que rechaza los salmos como medio de oración (o desea sanearlos), porque los salmos traen a colación asesinato, venganza, ira, violencia, guerra y patriarcado.