La Abundancia de Dios Nos Invita a la Generosidad
El sol es espléndidamente generoso, al entregar enormes porciones de sí mismo cada segundo.
Dios No Juzga a Nadie
Hay una pregunta sobre la bondad de Dios tan vieja como la religión misma: ¿Cómo puede un Dios que es todo bondad enviar a alguien al infierno para toda la eternidad?
La Eucaristía, una Llamada a la Justicia
Ricos y los pobres se arrodillan juntos, unos al lado de otros, todos iguales.
Conservadores y Liberales. Necesitamos a los Dos
Los liberales necesitan de los conservadores; los conservadores necesitan de los liberales; la sociedad y la iglesia necesitan de ambos.
Una Boda Especialmente Gozosa
La novia, joven, estaba maravillosamente radiante y sana, pero era una superviviente de cáncer.
El Amor – Ilusión y Realidad
La mayoría de los cantos románticos de amor expresan de hecho enfáticamente una frustración o desencanto que viene a ser preludio del amor.
La Audacia con Dios
Hace algunos años, en un taller práctico, una mujer compartió esta historia. Tenía un hijo de seis años de edad, a quien había tratado de instruir concienzudamente en la oración.
Reconsiderando – Las Directrices para un Largo Recorrido
Hace veinticinco años, escribí una columna titulada Directrices para un largo recorrido. Reconsiderándolas recientemente, me sentí reconfortado porque mis principios no han cambiado en el último cuarto de siglo, sólo han adquirido más matices.
Una llamada a defendernos menos
Hoy en día entre muchos de nosotros, los fieles, existe una creciente tendencia a defendernos a nosotros mismos en lugar de arriesgarnos a ser crucificados por el mundo. Tenemos buena intención al hacerlo. Sin embargo, a pesar de esa buena intención, nuestras acciones son opuestas a las de Jesús.
Odres Pétreos y Recipientes más Blandos
Moralismos amargados, no importa cuán válida es la indignación que lo inflama, adopta muchas formas y se reconoce siempre por su falta de calidez y su incapacidad para bendecir a los demás.
Luchando con la secularidad
Como un hijo adulto de Rene Descartes, respiro en la secularidad, un aire muy mezclado, puro y contaminado, y me encuentro dividido entre la esperanza y el miedo, cómodo y, sin embargo, inquieto, defendiendo la secularidad aun cuando yo mismo la crítico.







