Integridad Privada
La calidad de nuestras personas depende de la calidad de nuestra integridad privada.
Demasiado Magullado para Dejarse Tocar – Una de las Causas de Suicidio
El suicidio, es una enfermedad, no un pecado.
La Abundancia de Dios Nos Invita a la Generosidad
El sol es espléndidamente generoso, al entregar enormes porciones de sí mismo cada segundo.
Dios No Juzga a Nadie
Hay una pregunta sobre la bondad de Dios tan vieja como la religión misma: ¿Cómo puede un Dios que es todo bondad enviar a alguien al infierno para toda la eternidad?
La Eucaristía, una Llamada a la Justicia
Ricos y los pobres se arrodillan juntos, unos al lado de otros, todos iguales.
Conservadores y Liberales. Necesitamos a los Dos
Los liberales necesitan de los conservadores; los conservadores necesitan de los liberales; la sociedad y la iglesia necesitan de ambos.
Odres Pétreos y Recipientes más Blandos
Moralismos amargados, no importa cuán válida es la indignación que lo inflama, adopta muchas formas y se reconoce siempre por su falta de calidez y su incapacidad para bendecir a los demás.
Luchando con la secularidad
Como un hijo adulto de Rene Descartes, respiro en la secularidad, un aire muy mezclado, puro y contaminado, y me encuentro dividido entre la esperanza y el miedo, cómodo y, sin embargo, inquieto, defendiendo la secularidad aun cuando yo mismo la crítico.
El Siete Número de la Suerte
De la Biblia a los casinos, el siete es a menudo considerado un número mágico, perfecto, y de la suerte. Jesús nos dijo que perdonáramos a aquellos que nos hacen daño setenta veces siete veces. Es evidente que se refería en el sentido de lo infinito.
Antes de tomarte en serio a Jesús, ¡piensa primero lo bien que te vas a ver en el madero!
Esta es una frase de Daniel Berrigan quien con toda razón nos advierte que la fe en Jesús y en la resurrección no nos va a salvar de la humillación, el dolor y la muerte en esta vida. La fe no tiene como intención hacer eso.
Orar en momentos de crisis
¿Cómo podemos elevar hacia Dios nuestros momentos más oscuros, más deprimidos y solitarios? ¿Cómo podemos orar cuando nos sentimos tan profundamente solos, desamparados, y todo nuestro mundo parece estar derrumbándose?