Caminar sobre las aguas y hundirse como una piedra
La fe no es algo que se pueda conseguir con facilidad. No es algo que se fije en tu vida como un hecho consumado. La fe funciona de esta manera: algunos días caminas sobre las aguas y otros días te hundes como una piedra. La fe invariablemente te abre el camino a la duda antes de que recobres tu confianza, y entonces se pierde de nuevo.
La Ley del Karma
En 1991 Hollywood produjo una comedia titulada “Cowboys de ciudad” (City Slickers), protagonizada por Billy Crystal. De una manera poco convencional fue una maravillosa película con moraleja, centrada en tres hombres de mediana edad de la ciudad de Nueva York que se encuentran enfrentándose a la crisis de la mediana edad.
Buscando el aliciente adecuado
A veces, las cosas pueden parecer buenas superficialmente, mientras, en el fondo, nada es bueno. Vemos esto, por ejemplo, en la famosa parábola de los evangelios sobre el hijo pródigo y su hermano mayor.
Suicidio: reclamando la memoria de nuestra persona amada
Cada año escribo una columna sobre el suicidio. Mayormente, digo lo mismo una y otra vez, simplemente porque es necesario decirlo. No pretendo originalidad ni punto de vista especial; sólo escribo sobre el suicidio porque hay una terrible necesidad de que alguien dirija la cuestión.
La visita de la diosa primordial de la noche
¿Por qué la naturaleza diseñaría las cosas de manera que como humanos tan solo alcanzamos la cúspide de nuestra madurez y finalmente una genuina comprensión de nuestras vidas, cuando nuestros cuerpos comienzan a fallar? ¿Por que sufrimos tal cantidad de achaques según envejecemos?
Discípulos con muchas caras
En un nuevo libro titulado Jesús de Nazaret, el afamado estudioso escriturista alemán Gerhard Lohfink describe cómo en los evangelios la gente se relaciona con Jesús de diferentes maneras. No todos fueron apóstoles, no todos fueron discípulos y no todos los que contribuyeron a la causa de Jesús lo siguieron.
La prenda sin costuras
Juan de la Cruz enseña que dentro de la espiritualidad y la moralidad no hay zonas exentas. En pocas palabras, no puedes ser santo o una persona de moral elevada si te permites una o dos excepciones. Por lo tanto, no debería permitirme el lujo de poner aparte algún defecto moral o hábito pecaminoso y verlo como sin importancia a la luz de mis cualidades positivas y de todo lo bueno que hago.
Marcharse primero
“Yo voy por delante a prepararos un lugar para vosotros”. Jesús dirige estas palabras a sus discípulos en sus últimos momentos según se sienta a la mesa y siente su tristeza en su incomprensión de su muerte, de su partida. Sus palabras son pronunciadas para consolarles y darles la seguridad de que no les va a abandonar. Es sólo que él marcha primero para prepararles un lugar y volver a encontrase con ellos de nuevo más tarde.
¿Cuándo desaparece la fe?
Cuando Friedrich Nietzsche declaró “Dios está muerto”, añadió una pregunta: ¿Qué clase de esponja se precisa para limpiar todo un horizonte?
Yo hago esta pregunta con frecuencia porque en el curso de mi propia vida ha habido una mengua sin precedentes en el número de personas que acuden a la iglesia con regularidad.
Completando el círculo – De los libros de cuentos a la espiritualidad
Mi primer amor fue la literatura, las novelas y la poesía. De niño, me encantaban los libros de cuentos, misterios y aventuras. En la escuela primaria, me hicieron aprender de memoria poemas y me gustaba el ejercicio. La segunda enseñanza me introdujo en una literatura más seria: Shakespeare, Kipling, Keats, Wordsworth, Browning. Como algo extraordinario, todavía leo libros de cuentos, historias de vaqueros del viejo Oeste, tomadas del anaquel de mi padre.
La desesperación como debilidad más bien que pecado
Clásicamente, tanto en el mundo como en nuestras iglesias, hemos visto la desesperación como el pecado más grave e imperdonable. La simple opinión era que ni Dios ni ningún otro te puede salvar si tú simplemente te rindes, te desesperas, te haces incapaz de esforzarte. Casi siempre en la mente popular esto fue aplicado al suicidio.