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Amor: una proyección y una realidad

Amor: una proyección y una realidad

El afamado escritor  junguiano Robert Johnson hace esta observación sobre el enamoramiento: “Enamorarse es proyectar la parte más noble e infinitamente valiosa del ser de uno en otro ser humano.  …Tenemos que decir que la divinidad que vemos en otros está verdaderamente ahí, pero no tenemos derecho a verla hasta que no hayamos quitado nuestras propias proyecciones.  …Hacer esta sutil distinción es la más delicada y difícil tarea de la vida”.

El poder de la oración y del ritual en nuestra impotencia

El poder de la oración y del ritual en nuestra impotencia

En la película basada en la clásica novela de Jane Austen Sentido y  sensibilidad, hay una escena muy conmovedora donde una de sus jóvenes heroínas, que sufría de neumonía aguda, yace en cama debatiéndose entre la vida y la muerte.

El triunfo de la bondad

El triunfo de la bondad

La piedra que rodó de la tumba de Jesús continúa rodando de toda suerte de tumbas. La bondad no puede ser retenida, capturada ni expuesta a la muerte. Se evade de sus perseguidores, esquiva la captura, se escapa, se mantiene escondida, incluso a veces abandona las iglesias, pero se levanta siempre, una y otra vez, por todo el mundo. Tal es el significado de la resurrección.

Comprensión y compasión del Viernes Santo

Comprensión y compasión del Viernes Santo

Mientras Jesús está siendo crucificado, dice estas palabras: “Perdónalos, porque no saben lo que hacen”. No es fácil decir estas palabras, y es quizás aun más difícil entenderlas en su profundidad. ¿Qué significa, en realidad, comprender y perdonar una acción violenta contra ti?

El poder del miedo

El poder del miedo

El miedo es el latido del impotente. Así escribe Cor de Jonghe. Nosotros podemos lidiar con casi todo, excepto con el miedo.

Cómo madura el alma

Cómo madura el alma

En un libro profundamente agudo, La gracia de morir,  Kathleen Dowling Singh comparte impresiones que ha reunido como profesional de la salud asistiendo a cientos de personas mientras morían. Entre otras cosas, sugiere que el proceso mismo de morir -en palabras suyas- “está exquisitamente graduado para producir automáticamente la unión con el Espíritu”.

¿Cuándo nuestra vida está cumplida?

¿Cuándo nuestra vida está cumplida?

¿Cuándo nuestra vida está cumplida? ¿En qué momento de nuestras vidas decimos: “¡Eso es todo! ¡Eso es el clímax! Nada que pueda hacer de ahora en adelante superará esto. He dado lo que tengo que dar”?

Una manera correcta de morir

Una manera correcta de morir

Yo no quiero morir de ninguna condición médica. ¡Quiero morir de muerte! Eso lo escribió Ivan Illich. ¿Qué se quiere decir aquí? ¿No morimos todos de muerte? Por supuesto, en realidad eso es de lo que todos morimos; pero, en nuestra idea de las cosas, casi siempre morimos de una condición médica o de mala suerte: de cáncer, enfermedad del corazón, diabetes, Alzheimer o como víctimas de un accidente. A veces, por la manera como pensamos en la muerte, morimos de una condición médica.

Fe y levedad

Fe y levedad

Shusako Endo, el autor japonés de la novela clásica Silencio (en la cual basó su película Martin Scorsese) fue un católico que no siempre encontró su tierra nativa, Japón, en afinidad con su fe. No fue comprendido, pero  mantuvo su equilibrio y buen corazón al situar la levedad en un alto valor.

Más allá de la crítica y la ira: Invitación a una empatía más profunda

Más allá de la crítica y la ira: Invitación a una empatía más profunda

 Recientemente asistí a un simposio donde el ponente principal era un hombre que tenía exactamente mi edad. Como ambos habíamos experimentado en nuestras vidas los mismos cambios culturales y religiosos, me identifiqué con mucho de lo que dijo y con el modo como se  sentía acerca de las cosas. 

El suicidio y el alma

El suicidio y el alma

Hace más de cincuenta años, James Hillman escribió un libro titulado El suicidio y el alma. El libro se destinaba a los terapeutas, y Hillman sabía que no recibiría una fácil acogida allí ni en ningún otro sitio. Había razones para eso. Él admitió francamente que algunas de las cosas que proponía en el libro “irían contra todo sentido común, toda práctica médica y la racionalidad misma”.