Miércoles de la XXIV Semana del Tiempo Ordinario
Lc 7, 31-35. Hemos tocado la flauta y no habéis bailado, hemos entonado lamentaciones, y no habéis llorado.
Lc 12,8-12. El Espíritu Santo os enseñará en aquel momento lo que tenéis que decir.