Liturgia Viva del XXVI Domingo del Tiempo Ordinario
DOMINGO 26 (Ciclo B)
No Monopolicemos al Espíritu
Muchos Dones, un solo Espíritu
Saludo (Ver 1 Cor 12,4-7)
Hay variedad de dones,
pero todos proceden del mismo Espíritu;
hay toda clase de servicios,
pero todos dirigidos a un mismo Señor;
hay muchas formas de trabajo,
pero todas ellas, en toda la gente,
son trabajo del mismo Dios.
En cada uno el Espíritu se manifiesta
para el bien de todos.
Que el Señor Jesús les dé a ustedes este Espíritu
y que esté siempre con ustedes.
Introducción por el Celebrante
1. No Monopolicemos al Espíritu
Qué fácilmente desconfiamos de los que son diferentes a nosotros, particularmente gente de otras religiones. Él es musulmán o judío, o protestante, o extranjero. Para algunos, quizás para muchos, eso es bastante para desacreditar a esa persona o el bien que ella hace. — Pero aquí viene Jesús, cuyo corazón late para todos, y nos dice que tenemos que ser de mente abierta y sin prejuicios, y reconocer todo lo bueno que hay en los demás y en sus obras, sean ellos quienes sean. El mismo Espíritu es quien trabaja en nosotros y en todos los que hacen el bien. Que el Señor abra hoy nuestra mente y nuestro corazón.
2. Muchos Dones, un solo Espíritu
Una fuerte plaga de la humanidad hoy día es el exclusivismo: mi familia o mi clan primero, y los demás no cuentan; mi país por encima de todo y de todos; mi tribu o mi raza, y no el resto; mi camarilla social solamente, y desprecio a los demás; incluso mi religión, ya que los demás son herejes o paganos. De aquí las guerras, las rivalidades, las condenaciones. ¿Dónde está la universalidad de la Iglesia? ¿Aceptamos o no al Espíritu que trabaja en todas partes? Esto es lo que Jesús quiere que hagamos. Pidámosle en esta eucaristía que abra nuestras mentes y corazones a todos, y que nos dé la gracia de reconocer a su Espíritu haciendo el bien en cualquier parte donde la gente busque lo que es justo, bello y bueno, aunque no se percate de ello.
Acto Penitencial
1. No monopolicemos al Espíritu
Pidamos al Señor que nos perdone nuestros celos, nuestros prejuicios, nuestra cortedad de mente.
(Pausa)
- Señor Jesús, tu Espíritu Santo sopla donde quiere él es quien inspira y mueve a muchos a obrar el bien:
R/ Señor, ten piedad de nosotros. - Cristo Jesús, Tu Espíritu derrama generosamente sus dones en cualquier persona que esté abierta a su aliento de vida
R/ Cristo, ten piedad de nosotros. - Señor Jesús, tu Espíritu otorga sabiduría y perspicacia donde y cuando menos lo esperamos:
R/ Señor, ten piedad de nosotros.
Ten misericordia de nosotros, Señor,
y perdona nuestros pecados de autosuficiencia e intolerancia.
Ábrenos a la fuerza de tu Espíritu
y llévanos a la vida eterna. Amén.
2. Muchos Dones, un solo Espíritu
Pidamos al Señor que nos perdone, porque hemos sido cerrados y estrechos de miras.
(Pausa)
- Señor Jesús, tú nos quieres libres. Abre las fronteras de nuestra mente y corazón.
R/ Señor, ten piedad de nosotros. - Cristo Jesús, abre nuestros ojos para ver a los humildes y los pobres, y a la gente que hayamos despreciado.
R/ Cristo, ten piedad de nosotros. - Señor Jesús, enséñanos a ver, contigo, todo lo bueno que hay en las personas, aun cuando sean diferentes de nosotros.
R/ Señor, ten piedad de nosotros.
Ten misericordia de nosotros, Señor,
y perdona nuestros pecados.
Que seamos uno en ti,
y llévanos a la vida eterna. Amén
Oración Colecta
Roguemos para que el Espíritu de Dios
viva en nosotros y en todos los hermanos.
(Pausa)
Oh Dios, Padre nuestro:
Derrama sobre nosotros y sobre todos los hermanos
el Espíritu vivificante de tu Hijo.
Que él abra nuestras mentes
para que veamos tu belleza y verdad
con una luz siempre nueva.
Que abra también nuestros corazones
para que podamos recibir de él cada día
una nueva provisión de coraje y valor.
Que él derrame en todos nosotros
un amor respetuoso y tolerante.
Nos atrevemos a pedirte todo esto
en el nombre de tu Hijo Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Primera Lectura (Num 11:25-29): No Monopolio sobre los Dones de Dios
El Espíritu de Dios inspiró no solo a Moisés, sino también a otros. Los dones de Dios son para el bien de todos, no para que sean guardados celosamente por unos pocos.
Segunda Lectura (Sant 5:1-6): Las Riquezas son una Responsabilidad
En términos bien claros Santiago advierte a los ricos en bienes materiales y en talentos espirituales que en el día del juicio sus posesiones darán testimonio contra ellos si no las han usado bien en favor de los otros.
Evangelio (Mc 9,37-42.44.46-47): Aprecien el Bien que Otros Hacen
Jesús enseña a sus discípulos a apreciar el bien hecho por los otros, sean quienes sean, y a no escandalizar nunca.
Oración de los Fieles
Roguemos al Padre de todos por todos los hombres, cercanos o lejanos, conocidos y desconocidos, y digamos: R/ Señor, que tu reino venga a todos.
- Por nuestra querida Iglesia, para que lleve perdón y amor a todos, acoja a todos, se cuide de todos, inspire a todos con el afable poder del Espíritu Santo, roguemos:
R/ Señor, que tu reino venga a todos. - Por los gobernantes y líderes políticos, banqueros y economistas, para que se preocupen igualmente de ricos y pobres, sin discriminación, y para que todos los pueblos y naciones participen con justicia en las riquezas de esta tierra, oremos:
R/ Señor, que tu reino venga a todos. - Por los que son perseguidos a causa de su fe, por los profetas inspirados por el Espíritu, que nos recuerdan, a tiempo y a destiempo, lo que es realmente importante a los ojos de Dios, oremos:
R/ Señor, que tu reino venga a todos. - Por los legisladores, para que el Espíritu les inspire e impulse a elaborar buenas leyes que sean justas y razonables; y por todos los que promueven justicia y libertad, para que la gente corresponda a sus esfuerzos, roguemos:
R/ Señor, que tu reino venga a todos. - Por los marginados y proscritos de la sociedad y por las víctimas de discriminación, para que nuestras comunidades los acojan y acepten plenamente y para que haga nuestro amor tan espontáneo y cálido que ellos se sientan aceptados y como en su propia casa en medio de nosotros, roguemos.
R/ Señor, que tu reino venga a todos.
Padre, haz nuestro amor tan generoso y magnánimo como el amor que tú nos has mostrado en Cristo Jesús. Que tu Espíritu nos abra a todos. Te lo pedimos por el mismo Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Oración sobre las Ofrendas
Oh Dios y Padre nuestro:
Tú nos invitas a compartir con tu Hijo
su comida de comunión y paz.
Derrama sobre nosotros aquí reunidos
el Espíritu de Jesucristo,
para que todos seamos uno
y cooperemos con toda la gente de buena voluntad
a alzarnos con valor y coraje
en favor de la justicia y libertad
en todo tiempo y en todas partes.
Que así tu Espíritu trabaje en todos
para ofrecerte gloria y alabanza
por los siglos de los siglos. Amén.
Introducción a la Plegaria Eucarística
Reunidos con nuestro Señor Jesucristo, demos gracias al Padre por unirnos, por su Santo Espíritu, como una sola Iglesia y como una sola voz de alabanza a Dios.
Introducción a Padre Nuestro
Con toda la variedad de personalidades y tareas,
sintámonos uno en el Espíritu Santo
para dirigirnos al Padre con la oración de Jesús. R/ Padre Nuestro…
Líbranos, Señor
Líbranos, Señor, de todos los males
y concédenos la paz en nuestros días.
Ayudados por tu misericordia;
guárdanos siempre libres
de nuestras actitudes tercas y dogmáticas,
de nuestros celos y exclusivismos.
Que sepamos reconocer y apreciar
todo lo bueno que haya en los demás,
mientras esperamos juntos con gozosa esperanza
la segunda venida de nuestro Salvador Jesucristo.
R/ Tuyo es el reino…
Invitación a la Comunión
Éste es Jesucristo, el Cordero de Dios
que quita el pecado del mundo.
Felices nosotros,
invitados a alimentarnos con el cuerpo del Señor
y a recibir su Santo Espíritu,
Espíritu de fuerza y unidad.
Oración después de la Comunión
Oh Dios y Padre nuestro:
Tú nos envías al mundo
por la fuerza del Espíritu Santo,
recibido aquí de ti y de tu Hijo Jesucristo.
Que él sople su aliento de vida y amor
no solamente sobre nosotros,
sino sobre quien él quiera
y en la dirección que tú quieres que sigamos,
hacia tu futuro y hacia tu reino
de integridad, verdad y amor.
Otórganos todo esto
por medio de Cristo nuestro Señor.
Bendición
Hermanos: Era ya el deseo de Moisés que todo el pueblo de Dios pudiera ser un pueblo profético inspirado por el Espíritu del mismo Dios.
Cristo nos formó como un pueblo animado por el Espíritu Santo.
Que este Espíritu nos guíe para renovar este nuestro mundo,
y que le reconozcamos en la forma como trabaja en toda la gente buena que obra el bien.
Que la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre ustedes y permanezca para siempre.
Que Cristo les colme con su Espíritu
y les guarde unidos en el amor.
R/ Demos gracias a Dios.