Liturgia Viva del Viernes de la XVIII Semana del Tiempo Ordinario. La Dedicación de la Basílica de Santa María
TOMA TU CRUZ
(Nah 2:1-3, 6-7; Mt 16:24-28)
Introducción
En lenguaje poético el profeta Nahún anuncia la caída de la ciudad de Nínive con su cruel opresión de las naciones de la región. Porque Dios es maestro de la Historia. Ésta es una buena noticia para el pueblo de Judá.
Evangelio. En el evangelio de hoy Jesús presenta la vida cristiana utilizando tres expresiones semejantes. Veamos:
- Renunciar a sí mismo: es decir, aceptar la forma de pensar y de actuar de Dios, más que la propia de uno mismo.
- Tomar la cruz: es decir, arriesgarse a sufrir la misma suerte del Maestro y renunciar a la propia seguridad personal.
- Seguir a Jesús: es decir, aceptar a Jesús y al Evangelio como guías de nuestra vida, no solamente en teoría sino en la práctica. ¿Estamos nosotros listos para hacer esto? ¿Es éste el auténtico significado de la vida cristiana para nosotros?
Colecta
Señor Dios nuestro:
Sabemos que seguir a tu Hijo Jesús significa
que Algún Otro nos dirija
a donde quizás no pretendíamos ir.
Pero es tu Hijo quien nos guía y va con nosotros.
Por eso decimos: Queremos ir con él,
pero ayúdanos, Señor,
cuando nuestros corazones desfallecen,
para que sigamos marchando con él
que es nuestro Señor para siempre.
Intenciones
- Señor Jesús, por los que te siguen por el camino de la cruz, al ser perseguidos por creer en ti, te rogamos.
- Señor Jesús, por los que te siguen por el camino de la cruz, al renunciar a sí mismos para entregarse al cuidado de los que viven solos y abandonados y de los enfermos, te rogamos.
- Señor Jesús, por los que contigo sobrellevan sus sufrimientos con paciencia y fortaleza, te rogamos.
Oración sobe las Ofrendas
Pan y vino, Señor Dios nuestro,
son nuestra fuerza y alegría
en el camino de la vida..
Que tu Hijo Jesús parta para nosotros
el mejor pan -su cuerpo-
y escancie para nosotros
el vino añejo de sí mismo -su sangre-,
que nos mantengan en marcha,
y, cuando sea necesario,
nos ayuden a escalar la montaña del sufrimiento
y del aparente fracaso.
Porque confiamos plenamente
en Jesucristo nuestro Señor.
Oración después de la Comunión
Señor Dios nuestro:
Tú sabes qué miedo tenemos
a arriesgarnos y entregarnos audazmente
a lo nuevo y desconocido.
Pero tú nos haces señas y nos llamas
por medio de tu Hijo Jesucristo
y le envías a nosotros
para que sea nuestra fortaleza.
Por eso te rogamos:
Sigue gritándonos para que salgamos
de nuestros encierros y aislamientos
y danos el valor de llegar hasta el final
entregándonos, sin miedos ni componendas,
a ti y a los hermanos..
Que el evangelio de Jesús
llegue a ser para nosotros
Buena Noticia de felicidad y alegría
que llene nuestra vida
ahora y para siempre jamás.
Bendición
Hermanos: Jesús nos ha dicho: “Tomen su cruz y síganme.” Tenemos que cargar la cruz exigida por la fidelidad al evangelio, a nuestra comunidad cristiana, a la familia, y a nuestro trabajo en la vida.
Que la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre ustedes y les acompañe siempre..