Liturgia viva del viernes de la iv semana de Cuaresma, feria
EL SIERVO QUE SUFRE (Sab 2,1ª. 12-22; Jn 7,1-2. 10. 24-30)
Introducción
Los hombres y mujeres que afirman conocer un poco a Dios y vivir consistentemente como hijos e hijas, resultan bichos raros y aburridos para los no creyentes, así como para los que toman su religión sólo como una serie de obligaciones externas y de ritos religiosos. No hay lugar para cristianos excéntricos, que van contra corriente, ya que su modo de vida perturba las formas establecidas de la sociedad. Ello irrita a los no creyentes y éstos quieren probar la fe de los que ponen su confianza en Dios. Uno tiene que acomodarse, o si no… — La persona que expresa sus quejas en el Libro de la Sabiduría era una de esas personas molestas y que suelen aburrir. Jesús también lo fue. ¿Y nosotros, qué?
Oración Colecta
Profesamos con sano orgullo
que somos tus hijos e hijas,
y que tú nos llamas
a vivir el estilo de vida de Jesús, tu Hijo.
Danos valor
para vivir esta vida de modo coherente;
no para hacer un show de nosotros mismos,
ni para reprobar a otros,
sino simplemente por que reconocemos
que tú eres nuestro Padre
y queremos agradarte,
ya que somos tus hijos e hijas,
hermanos y hermanas de Jesucristo, nuestro Señor.
Intenciones
- Por los que son perseguidos por su fe, y también por sus persecutores, roguemos al Señor.
- Por aquellos a quienes la vida se les antoja como una carga difícil de llevar, para que sepan cargar su cruz junto con el Señor y así encuentren alivio y felicidad, roguemos al Señor.
- Por los que se sienten cuestionados y retados a causa del bien que hacen, para que el Espíritu del Señor les dé fortaleza y perseverancia, roguemos al Señor.
Oración sobre las Ofrendas
Tu Hijo Jesús fue rechazado
por aquellos a quienes vino a salvar.
Ahora, en esta eucaristía,
él está con nosotros
como Señor nuestro
que murió por nosotros
pero resucitó a una nueva vida.
Que sepamos acogerle con amor
y comprometernos con él
al bien de nuestros hermanos.
Que con nuestras vidas demos testimonio de él
para que nadie le rechace ahora
a causa de nosotros, ya que le aclamamos
como nuestro Señor y Salvador
por los siglos de los siglos.
Oración después de la Comunión
Te rogamos especialmente hoy
por aquellos a quienes has enviado
a anunciar la Buena Noticia de tu Hijo al mundo.
Da fuerza a todos que tienen que ser
testigos del evangelio
en circunstancias hostiles y difíciles,
como muchos de tus misioneros,
para que no se desalienten ni descorazonen,
sino que permanezcan firmes, fieles
y unidos muy íntimamente a ti y a Jesucristo,
Hijo tuyo y Señor nuestro
por los siglos de los siglos.
Bendición
Hermanos: Que con nuestras vidas seamos testigos creíbles y valientes del Señor, que fue perseguido y sufrió para que nosotros alcanzáramos perdón y vida.
Que la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre nosotros y nos acompañe siempre.