Liturgia Viva del Santo Domingo de Guzmán, presbítero
NO  BUSQUES PRIVILEGIOS  
 (Ez 1:2-5, 24-28;    Mt  17:22-27)
Introducción
Año II. Ezequiel nos presenta a Dios en su impresionante gloria y majestad. Sin embargo, al mismo tiempo, él es el Dios que se mueve, el Dios a quien se puede encontrar donde el pueblo está, como implica la imaginería de las alas, que representan a las criaturas angélicas actuando como el carro de guerra de Dios.
Evangelio. El evangelio nos da la imagen de Jesús como el Hijo de Dios, pero un Dios-vestido-de-diario, un hombre que paga sus impuestos aun cuando no está obligado. — Eso pudiera ser una pista o sugerencia para nosotros, para no pedir privilegios porque seamos cristianos, y, por el contrario, para actuar y vivir como personas libres, que a veces –ojalá con frecuencia– escogemos hacer aquello a lo que no estamos obligados, especialmente para ayudar a los demás.
Oración Colecta
      Señor Dios nuestro:
    Tú estás presente entre  nosotros en secreto, de incógnito,
   con la apariencia de todos los días 
   de una persona ordinaria cualquiera.
   Oh Dios, danos ojos de fe 
   para que sepamos percibir que tú estás entre nosotros:
   en la persona de Jesús, tu Hijo, ahora en esta eucaristía;
   y que también estás en las alegrías y tristezas de la vida, 
   en la gente que encontramos en la calle. 
   Haznos atentos a tus muchas presencias
   en Jesucristo nuestro Señor.
Intenciones
- Por la Iglesia, para que no se avergüence de predicar a Cristo crucificado y de ser siempre humilde, como él, roguemos al Señor.
- Por todos nosotros, para que nunca impongamos forzosamente la ley a la gente, sino que sepamos primeramente practicar el gran mandamiento del amor, amándonos unos a otros, roguemos al Señor..
- Por nuestras comunidades cristianas, para que sepamos acoger a extraños y a extranjeros y nos hagamos sus amigos, en nombre de Dios, que ha trabado maravillosa amistad con nosotros, roguemos al Señor..
Oración sobre las Ofrendas 
    Oh Dios, Padre nuestro:
   Tú eres nuestro Dios de gloria y majestad;
   y, sin embargo, enviaste a tu Hijo Jesucristo entre nosotros
   en estos signos sencillos de pan y vino. 
   Permanece entre nosotros
   y haz que sepamos reflejar tu presencia
   con toda sencillez en nuestra vida
   haciéndote a ti disponible para la gente 
   a través de nuestra bondad y compasión, 
   por el poder  del mismo  Jesucristo nuestro Señor.
Oración después de la Comunión
      Señor Dios nuestro:
    Tú sabes lo complicados  y sofisticados 
   que podemos ser en nuestra vida;
    y sin embargo, tu gloria  está entre nosotros
    en todo lo que es  sencillo y ordinario;
   en los sacramentos:
   en agua y aceite, en pan y vino, 
   en un gesto de perdón y reconciliación.
   Oh Dios, te damos gracias por tu  bondad.
   Y ojalá nuestros corazones y nuestros  gestos
   sean tan sencillos como tu presencia; 
   que en una lágrima o en una sonrisa
   sepamos revelar, en medio de nosotros, 
   a tu Hijo, Jesucristo nuestro Señor.
Bendición 
   Hermanos: Somos hijos e hijas de Dios  libres,  y apreciamos mucho esta  libertad. Sin embargo, no queremos ser un clan separado de los demás, o gente  que busca trato de favor o privilegios. Queremos estar unidos a todos y  servirles  cordial y desinteresadamente.
   Para ell, que la bendición de Dios  todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre ustedes y permanezca  para siempre.
 El material que aquí te ofrecemos está tomado de la obra del P. Camilo   Marivoet, cicm y publicada en Filipinas por Claretian Publications (en   inglés) con el título de LITURGY ALIVE. La traducción y adaptación es del P. Carmelo Astiz, misionero claretiano.
 
				
 
                    
