Liturgia Viva del San Jerónimo, presbítero y doctor de la Iglesia
PALABRA DE DIOS Y COMUNIDAD (Año I. Neh 8, 1-12; Lc 10, 1-12)
Introducción
Lectura. En la primera lectura de hoy leemos cómo la Fiesta de los Tabernáculos, originariamente una fiesta de las cosechas de trigo y de vendimia, fue espiritualizada, y se convirtió en una fiesta memorial: recuerdo del éxodo y de renovación de la Alianza. La palabra de Dios se leía al pueblo. La palabra era como una fuente de gran alegría y sacudía sus corazones. Así ayudó grandemente a edificar la comunidad.
Evangelio. Poca gente se impresiona por el hecho de que un obispo viva una vida de pobreza en un gran palacio o de que los sacerdotes, religiosos y religiosas sean sobrios y comedidos en su vida personal mientras utilizan ricos y poderosos medios e instituciones para llevar a Dios al pueblo. Los misioneros, por muy entregados y serviciales que puedan ser, no son muy convincentes, y encuentran gran dificultad en edificar comunidad, si importan desde el extranjero poderosos medios, utilizados para el ministerio pastoral. — Cuando Jesús envía a sus misioneros a evangelizar a los pobres, él quiere que sean, como él, pobres entre los pobres. La verdadera y evangélica pobreza es un ideal difícil de conseguir. Pero ¿nos mueve todavía ese ideal?
Oración Colecta
  Señor  Dios nuestro:
  Tú hablas  tu palabra
  y ella  nos reta a responderte.
  Tú  hablas tu palabra
  y ella  reúne juntos
  a los  que están dispuestos a escuchar.
  Que tu  palabra nos edifique
  como  una comunidad que te responda con lealtad
  y esté  deseosa de seguir a tu Palabra Viva,
  encarnada  y hecha hombre:
Jesucristo  nuestro Señor.
Intenciones
- Por los que proclaman la palabra de Dios, para que ellos mismos se imbuyan de ella y, desde esa experiencia de plenitud, la proclamen con convicción y ardor, roguemos al Señor.
- Por los que oyen la palabra de Dios, para que la acojan gozosamente y la atesoren en sus corazones, con frutos palpables de justicia, paz y amor, roguemos al Señor.
- Por todos nosotros, para que la palabra de Dios nos libere de la superficialidad y del temor, de nuestras certezas y seguridades demasiado humanas, y nos dé una más profunda percepción de nuestra fe, para que vivamos realmente de acuerdo con lo que creemos, roguemos al Señor.
Oración sobre las Ofrendas
  Señor  Dios nuestro:
  Háblanos,  por medio de este pan y vino,
  con tu  Palabra Viva, que es Jesucristo mismo.
  Parte  para nosotros el pan de fortaleza
  y  sírvenos el vino que desate nuestras lenguas,
  para  que, con nuestras vidas,
  podamos  proclamar bien alto
  el  mensaje de esperanza y alegría del Evangelio.
  Te lo  pedimos por Jesucristo nuestro Señor.
Oración después de la Comunión
  Habla,  Señor, que tus siervos escuchan.
  Habla  y revélanos quién eres tú
  y qué  esperas de nosotros.
  Háblanos  en los acontecimientos de la vida
  y en  la gente que encontramos en derredor.
  Háblanos  en el silencio de nuestro vacío interior
  y de  nuestra aparente ausencia.
  Y  tranquiliza nuestros corazones
  para  que podamos oírte y responderte fielmente
  con la  fuerza de Jesucristo mismo,
tu  Hijo, nuestro Señor.
Bendición
  Hermanos:  Una comunidad vive por la palabra de Dios. La palabra es su alma y su corazón.  La palabra convoca juntos a los miembros de la comunidad,  les inspira y los envía a compartirla con  otros. Que ojalá sepamos escuchar siempre con atención y entusiasmo la palabra  de Dios.
Y que  la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre  todos nosotros y permanezca siempre.
 
				 
                    
