Liturgia Viva del San Alfonso María de Ligorio, obispo y doctor de la Iglesia
Introducción
San Alfonso Mª de Ligorio, a los 17 años ya era un brillante abogado.  Decidió hacerse sacerdote después de perder una litigación en   los tribunales, para dedicarse a la evangelización de los pobres. A este propósito fundó al Congregación del Santísimo Redentor  (familiarmente, Redentoristas) para predicar “misiones                                                                                “misiones populares”  a los pobres de los pueblos. Él es justamente reconocido y famoso por su equilibrada teología moral, que fue el trabajo teológico moral, común y corriente,  de toda una era, y ayudó a atenuar el rigorismo del Jansenismo. 
Oración Colecta
  Oh Dios de amor:
  San Alfonso de Ligorio fue un buen obispo y pastor
  que hizo todo lo que pudo
  para dirigir al pueblo de Dios hacia ti,
  especialmente los pobres y sencillos.
  Danos pastores como él,
  que, con el ejemplo de su vida y con su trabajo pastoral, 
  sepan mostrar el rostro humano de Cristo
  y que, por su entrega y amabilidad,
  puedan atraer a sus fieles,  y llevarlos
  a conocer y amar profundamente
  a nuestro Señor y Salvador, Jesucristo,
que vive y reina por los siglos de los siglos..
Oración sobre las Ofrendas
  Señor Dios nuestro:
  Tú das sabor a nuestras vidas
  con el pan y vino de tu Hijo, el Señor,
  porque nos empapan de su fidelidad y amor.
  No permitas que perdamos nuestro buen sabor,
  sino que sepamos usarlo para preservar en este mundo
  la bondad y el ardiente amor
  que tú nos has mostrado en tu Hijo,
  Jesucristo nuestro Señor.
  Oración después de la Comunión
  Oh Dios, Padre nuestro:
  Las palabras proclamadas por tu Hijo
  han sido una luz en el sendero de nuestra vida
  y su cuerpo eucarístico
  ha sido nuestra fuente de renovación.
  No permitas que escondamos la luz de su amor,
  siempre fiel y olvidado de sí,
  sino que lo hagamos brillar intensamente
  para que la gente vea en nosotros
  el reflejo y resplandor de su bondad
  y así  te  den gloria y alabanza a ti, Padre,
  por Jesucristo nuestro Señor. 
				
                    
