Miércoles de la II Semana de Adviento. San Dámaso I, papa
Mt 11,28-30. Venid a mí todos los que estáis cansados.
Liturgia Viva del Sábado de la XXV Semana del Tiempo Ordinario
EN MANOS HUMANAS
Liturgia de la Palabra
Primera Lectura: Ecl 11,9–12,8
El autor de este Libro del Predicador (Eclesiastés) es, en muchos sentidos, un hombre moderno. Un creyente que busca el sentido a la vida, la felicidad, y no a lo loco sino en relación con el Dios de la Alianza. Sin embargo la vida lo decepciona constantemente. Y se pregunta: ¿por qué? No tiene la respuesta completa porque le falta la perspectiva de la vida más allá de la muerte.
Evangelio: Lc 9,43-45
“Ellos no lo entendieron en absoluto” cuando Jesús les predijo su próxima Pasión, dice el evangelio sobre los discípulos. Jesús hablaba de sí mismo como del Hijo de Dios que debía ser entregado. Como el Siervo Sufriente de los cánticos del Segundo Isaías. Se entiende que a los discípulos les costara aceptar… A nosotros también nos cuesta seguirlo en la adversidad. Olvidamos que no hay muertes sin resurrección.
Oración Colecta
Señor Dios nuestro:
En algunas ocasiones
es todavía para nosotros causa de asombro
el que tu propio Hijo tuviera que sufrir y morir.
Pero al menos estamos seguros de esto:
De que tú conocías lo que era mejor para él
según tus misteriosos designios;
de que tú lo amaste sin límite,
y de que él murió para traernos tu Amor y tu Vida.
Acepta nuestra acción de gracias, Padre, por todo ello,
y ayúdanos a guardar vivo siempre
cuánto nos amas
en Cristo Jesús, tu Hijo, nuestro Señor.
Oración de los Fieles
– Para que seamos pacientes y perdonemos a los que nos hieren y nos ofenden, roguemos al Señor.
– Para que, por su cruz, Jesús alivie la pesada carga de todos los que sufren, roguemos al Señor.
– Para que, cuando nos toque el dolor, unamos nuestros sufrimientos a los de Cristo porque, si con él morimos, resucitaremos con él, roguemos al Señor.
Oración sobre las Ofrendas
Señor Dios nuestro:
En estos signos de pan y vino
celebramos la memoria de la muerte y Resurrección
de tu Hijo Jesucristo.
Que nuestra ofrenda no sea meramente
un bonito recordatorio del pasado.
Danos hoy la mentalidad y actitudes de Jesús
para que sepamos también
cómo amar y servir
junto con tu fiel y perfecto Siervo,
el Hijo del Hombre, Jesucristo mismo,
nuestro Dios y Señor
por los siglos de los siglos.
Oración después de la Comunión
Señor Dios nuestro:
Nos quedamos asombrados
de todo lo que Jesús está haciendo
aquí en medio de nosotros.
Él nos visita, comparte su mesa con nosotros,
renueva nuestra fortaleza.
Queremos prestar mucha atención
a lo que nos ha dicho y a lo que ha hecho por nosotros
Esperamos que él nos ayude a entender todo esto.
Líbranos de nuestro miedo y vacilación
para seguirlo en el camino del Calvario
así como en la ruta hacia la gloria y la alegría
porque creemos que todo lo que tú quieres para nosotros
es precisamente que seamos felices
ahora y para siempre, por los siglos de los siglos.
Bendición
Hermanos: Jesús circuló y se movió siempre haciendo el bien. Proclamó un bello mensaje sobre el Amor. Curó a muchos en sus cuerpos, en sus mentes y en sus corazones. Sin embargo, él moriría una muerte terrible, repudiado, traicionado y crucificado. ¿Cómo es posible eso? ¿Cómo podemos entenderlo? Que Dios les dé a ustedes esta comprensión y los bendiga abundantemente el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
