Liturgia Viva del Sábado de la V Semana del Tiempo Ordinario. Santa María en sábado
PAN PARA EL HAMBRIENTO
(Año I. Gen 3,9-24; 13,33-34; Mc 8,1-10)
Introducción
Año I. El Génesis nos dice que el pecado trastorna al mundo en el que vive el hombre, también nuestras relaciones con Dios y nuestras relaciones con los hermanos. La familiaridad inicial con Dios da luego lugar al miedo y a la desconfianza. Después, el autor (o autores) del Génesis intentan dar una respuesta, de forma popular, a las causas del mal, del sufrimiento y del duro trabajo.
Evangelio. Jesús, por otra parte, reúne a la gente y les da de comer cuando están hambrientos, como signo de su misericordia, de sus esfuerzos hacia la unidad y del alimento de la eucaristía. Busquemos en esta celebración esa unidad y ese divino alimento.
Oración Colecta
Señor Dios nuestro:
A los que no son orgullosos ni están pagados de sí mismos
tú te revelas como el dador de todo lo bueno.
Haznos anhelar tu justicia, tu paz
y todas las cosas consistentes, que permanecen.
Danos una comida copiosa de tu palabra y de tu vida
por medio de aquél que es nuestro pan de vida,
Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor.
Intenciones
- Por las agencias de ayuda internacional, por los gobiernos de las naciones y por la Organización de Naciones Unidas, para que usen todas las capacidades humanas y todos los recursos de la ciencia y la naturaleza para desarrollar la madre tierra y para proveer de alimento a los millones de hambrientos de nuestro injusto planeta, roguemos al Señor.
- Por todas las comunidades cristianas, para que no abandonen a nadie en necesidad y para que nosotros nos sirvamos generosamente unos a otros, roguemos al Señor.
- Por esta nuestra comunidad, reunida aquí para partir el pan del Señor, para que el Espíritu Santo nos haga signos vivientes de la generosidad y el amor de Dios, ante todo para con los más necesitados, roguemos al Señor.
Oración sobre las Ofrendas
Oh Dios, Padre nuestro generoso:
En estos sencillos dones de pan y vino,
-comida y bebida frugal y diaria-,
tú ves con agrado que Jesús, tu Hijo,
se entregue a sí mismo a nosotros
como pan de vida y bebida de salvación.
Que, por la fuerza de este pan de la eucaristía,
seamos todos, los unos para los otros,
pan sabroso todavía caliente,
partido y compartido
para alimentarnos mutuamente con amor
en nuestro viaje hacia ti.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Oración después de la Comunión
Te damos gracias, Padre generoso,
por habernos dado a Jesús tu Hijo
como nuestro alimento para el camino
que nos lleva hacia ti y hacia los hermanos.
Danos determinación y creatividad
para llevar a un mundo hambriento
alimento suficiente y una participación
más justa y equitativa
de los bienes de la tierra.
Pero ayúdanos también a partir el pan
de la dignidad humana y de la esperanza para todos.
Y sé tú mismo para nosotros
el más pleno cumplimiento
de todas nuestras aspiraciones,
por Jesucristo nuestro Señor.
Bendición
Hermanos: Cuando rezamos el Padre Nuestro, le pedimos al Señor que nos dé nuestro pan de cada día. Eso se refiere no sólo a la comida o alimento de cada día, y a la eucaristía, sino también a todo lo material que necesitamos día a día para vivir con humano y razonable bienestar. Que el Señor nos lo otorgue siempre con generosidad.Y que la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre ustedes y permanezca para siempre.