Liturgia Viva del Sábado de la I Semana de Cuaresma
AMOR  GRATUITO DE ALIANZA    
 
  (Dt 26,16-19; Mt 5,43-48) 
Introducción
La vida de un judío piadoso podría resumirse como una respuesta a la Alianza amorosa de Dios, expresada con una fidelidad de pacto amoroso. Ésta es también la vida de un cristiano; con mayor razón aún, ya que Dios toma la iniciativa increíble de ofrecer su amor gratuito a su pueblo en la persona de Jesús. Y por eso nosotros tratamos de darle una respuesta de amor fiel, y de ofrecer también a nuestro prójimo un amor sincero y gratuito, que brota de lo profundo de nuestro ser, y que nos compromete más allá del llamado de la ley. La vida cristiana es, pues, comunión con Dios, comunión con los hermanos, incluso con los enemigos, ya que no habría de haber enemigos para los cristianos.
Oración Colecta
Señor Dios nuestro, 
   de quien procede la iniciativa  de amar:
   Tú nos buscas y nos dices:
   “Yo soy su Dios; ustedes son mi  pueblo”.
   Tú nos amas en Jesucristo, tu  Hijo.
   Señor, que nuestra respuesta de  amor
   vaya mucho más allá de las  exigencias de cualquier ley. 
   Que sepamos buscarte y estar en  comunión contigo
   en lo más profundo de nuestro  ser
   y que te expresemos nuestra  gratitud
   saliendo de nosotros mismos hacia  nuestro prójimo
   con un amor sincero y comprometido  como el tuyo.
   Te lo pedimos por Jesucristo  nuestro Señor
Intenciones
- Para que nuestra Iglesia y nuestras comunidades cristianas sean y ofrezcan espacios de perdón, donde el sol del amor de Dios brille sobre buenos y malos por igual, roguemos al Señor.
- Para que todos nosotros dejemos que nuestra conciencia nos guíe para elegir siempre el bien sobre el mal, incluso cuando nos sea humanamente molesto, roguemos al Señor.
- Para que el amor siga siendo, o llegue a ser de nuevo, la clave de nuestra genuina comprensión de todas las leyes y mandamientos, roguemos al Señor.
Oración sobre las Ofrendas
Señor, Dios nuestro, Padre bondadoso:
 En esta eucaristía 
 tu Hijo Jesús se da a sí mismo
 a ti y a todos nosotros
 con una respuesta libre de total  entrega.
 ¡Qué bueno saber que él comparte  con nosotros 
 esta clase de amor! 
 Que así seamos inventivos y  creadores
 para comprometernos a la  felicidad
 de todos los hermanos, cercanos  o lejanos,  
 con el fin de que todos juntos  seamos tu Pueblo
 y tú seas nuestro Dios por  siempre
 
  en Jesucristo, nuestro Señor.
Oración después de la Comunión
 Señor, Dios nuestro:
 
  Tú nos has hecho tu pueblo  sacerdotal
 para que proclamemos al mundo  entero
 que tú eres un Dios que nos ama  y nos salva.
 Profundamente agradecidos por tu  sincero amor, 
 queremos ser conscientes de  nuestra misión, 
 y ser para nuestros  hermanos 
 como la presencia viva de Jesús:
 como su palabra que siga  alentando y perdonando
 sus manos que curen y bendigan,
 sus pies que busquen lo que está  perdido, 
 su corazón que ame hasta el  extremo…
 Todo esto con la fuerza del  mismo Jesús,
 que vive y reina por los siglos  de los siglos. 
Bendición
 Hermanos: El Señor nos dice:  “Amen a sus enemigos y rueguen incluso por los que les hieren y ofenden”. No es  una tarea fácil, pero es algo que debería ser la señal y el sello distintivo de  los cristianos. Hemos ofendido a Dios y él nos perdona. Nosotros deberíamos de  hacer lo mismo: perdonarnos los unos a los otros, con la inspiración y la  fuerza del Espíritu.
 Para ello, que la bendición de  Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre nosotros y nos  acompañe siempre.
 
				 
                    
