Liturgia Viva del Miércoles de la VII Semana de Pascua
¡HAY ALEGRÍA EN DAR Y EN SER UNO!
 (Hch 20,28-36; Jn 17,11-19)
 Introducción
     Una de las canciones más cantadas en la Iglesia hoy en inglés dice, “There´s joy in giving” (“Hay alegría en dar”). En su discurso de despedida, Jesús dijo a sus apóstoles que quería compartir con ellos al máximo su alegría. – Y Pablo, hablando por propia experiencia, dice que hay más felicidad en dar que en recibir. El Señor y los apóstoles se entregaron sin reserva alguna a los otros. ¿En qué medida podemos hacer eso también nosotros?
 Oración Colecta
 Señor Dios nuestro:
 Tu Hijo Jesús se dio totalmente a sí mismo 
 a los que amaba  -es decir, a todos. 
 Danos un poco de ese amor generoso
 para que nosotros también aprendamos por experiencia 
 que sentimos mayor alegría al darnos a nosotros mismos
 que al recibir honores o favores.
 Que, además, el Espíritu Santo 
 de tal forma nos haga sentirnos uno
 que compartamos generosamente unos con otros
 nuestras riquezas y dones 
 recibidos de Dios como personas.
 Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor.
Intenciones
- Oh Dios y Padre nuestro, que nos amas a todos en Jesús tu Hijo: para que el Espíritu Santo nos una como personas que nos aceptemos y nos amemos profundamente unas a otras, te rogamos:
- Oh Dios y Padre nuestro, para que en tu Hijo Jesús reúnas a todas las Iglesias que le proclaman como su Señor y Salvador, te rogamos:
- Oh Dios, para que el Espíritu Santo nos conceda una actitud de total aceptación y aprecio mutuo de todos los miembros de nuestras comunidades cristianas, te rogamos:
Oración sobre las Ofrendas
 Señor Dios nuestro:
 Tu Hijo Jesús era cercano a la gente
 como lo es ahora íntimo tuyo en la eucaristía. 
 Danos su Espíritu
 para que nosotros también nos hagamos cercanos 
 a los que nos has confiado,
 plenamente atentos y comprensivos,
 sin llamar la atención sobre nosotros mismos, 
 sino sobre aquél que está en medio de nosotros
 y que nos hace a todos uno
 respetando nuestra diversidad,
 Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor.
 Oración después de la Comunión
 Oh Dios de bondad:
 Estamos convencidos que no es motivo de vergüenza 
 ser humano y sensible para con los demás.
 Así fue tu Hijo; ojalá seamos también así nosotros.
 Danos una profunda simpatía por los hermanos
 para que les escuchemos, 
 aprendamos a comprenderlos 
 y a tomarlos tal como ellos son, 
 como tu Hijo nos toma a nosotros  tal como somos
 para alzarnos sobre nosotros mismos 
 y para llevarnos a ti,
 que eres nuestro Dios por los siglos de los siglos.
 Bendición 
 Hermanos: El salmo 133 dice, “Vean: ¡Qué bueno, qué grato convivir los hermanos (y hermanas) unidos!”. Jesús rogó para que nosotros pudiéramos convivir así. ¿Podemos hacerlo? ¿Lo queremos y estamos dispuestos?  Que el Espíritu Santo nos dé la gracia de llegar a ser y a formar todos un solo corazón y una sola alma. 
 Y que la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre nosotros y nos acompañe siempre.          
 
				 
                    
