Liturgia viva del Miércoles de la VI Semana del Tiempo Ordinario
OJOS PARA VER DE NUEVO
Introducción
Primera Letura:. El diluvio acaba. Dios y el pueblo se reconcilian de nuevo. La paloma regresa con una rama de olivo en su pico. Noé da gracias a Dios.
Evangelio. Como señal de que él vino para curar, para traer perdón y vida a la persona íntegra, Jesús restaura la vista de los ciegos, hace oír de nuevo a los sordos, incluso resucita a los muertos y los llama de nuevo a la vida. No sólo trae buena noticia de esperanza y sanación, él mismo es la Buena Noticia personalizada, él la encarna en sí mismo y la comparte con la gente, de palabra y obra.
Oración Colecta
Oh Dios, fuente de salud y vida:
Cada uno de nosotros pudiera también decir,
con el ciego del evangelio:
“Que vea de nuevo, Señor”,
porque estoy ciego al amor que tú me muestras
en la gente que me rodea.
Que vea de nuevo,
porque estoy ciego a tu esplendor y belleza
que tú me revelas en la creación
y en los acontecimientos de la vida.
Abre mis ojos a tu bondad y misericordia
que tú despliegas palpablemente
en gente bondadosa que me rodea.
Ojalá oigamos de labios de tu Hijo:
“Tu fe te ha salvado”.
Te lo pedimos por el mismo Jesucristo nuestro Señor.
Intenciones
Señor, mira los ojos de los niños que se abren a la vida; mira los ojos llenos de esperanza, que se abren al futuro que tú nos prometes, y llénalos con tu luz, y así te rogamos:
Señor, mira los ojos llenos de desengaño de los que se sienten frustrados; mira la alegría en los ojos de los que saben cómo amar; y así te rogamos:
Señor, mira los ojos desalentados de los que se rinden ante los problemas de la vida; mira el fuego en los ojos de los que no se rinden, sino que continúan animosos el buen combate; y así te rogamos:
Oración sobre las Ofrendas
Oh Dios, sanador y misericordioso:
Por medio de estas ofrendas de pan y de vino
te pedimos nos des la Luz que ilumina nuestras vidas,
tu mismo Hijo Jesucristo.
Por medio de él ten piedad de nosotros,
e ilumina nuestros ojos con fe clara y profunda,
para que te alabemos por la bondad salvadora
que nos muestras
en tu Hijo Jesucristo, nuestro Señor.
Oración después de la Comunión
Señor Dios nuestro:
En esta eucaristía
has querido que experimentáramos tu bondad
por medio de la presencia salvadora de Jesús.
No permitas que escondamos esta luz
o que oscurezcamos la vida de nuestro prójimo.
Danos ojos claros para ver
y que ojalá seamos luz
para los que no tienen clarividencia o esperanza.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Bendición
Hermanos: Algunas veces vemos sólo con ojos empañados, o no vemos en absoluto, las cosas buenas que Dios nos da y la buena gente que él pone en nuestro camino. Que ojalá en adelante sepamos verlos.
Y que la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre nosotros y nos acompañe siempre.