Liturgia viva del Martes de la XXV Semana del Tiempo Ordinario. Santos Cosme y Damián, mártires
¡QUÉ DIFÍCIL SER UNA COMUNIDAD! (Año I. Esd 6,7-8. 12b. 14-20; Lc 8, 19-21)
Introducción
Primera Lectura: Después del entusiasta retorno de los judíos desde el exilio, pronto se dividieron en facciones: Casi todos buscaban primero sus intereses. Porque no eran una comunidad real, no pudieron llevar a cabo la reconstrucción de su modesto templo, pues para hacer eso tenía que haber una comunidad de fe y amor. Finalmente, gracias a las exhortaciones de los profetas, pudieron lograr un cierto grado de unidad para acabar el templo y celebrar la fiesta de la Pascua.— Donde formemos una comunidad, Dios está presente, incluso sin templo o iglesia material.
Evangelio. Después de sus parábolas sobre el sembrador de la palabra y sobre la lámpara, Lucas, utilizando el incidente de María y los parientes de Jesús que le buscaban en la muchedumbre, lo resume todo diciendo que la nueva familia del mismo Jesús se compone de los que oyen la palabra de Dios y viven de acuerdo a ella. Aceptar el evangelio transciende los lazos de familia. Ésto no es un reproche directo a María, pues sabemos que ella recibió y respondió a la palabra de Dios mejor que nadie, y la meditaba y rumiaba en su corazón. — Como María, ¿ponemos nosotros la palabra de Dios en práctica?
Oración Colecta
Oh Dios de la Alianza:
Tú estás presente donde haya gente que cree en ti
y que se reúna en tu nombre.
Reúnenos a todos juntos
desde nuestra dispersión egoísta
y desde nuestra excesiva preocupación
por nuestros insignificantes intereses,
para que seamos tu pueblo
y templo vivo de tu presencia
en medio de toda la gente.
Te pedimos todo esto
por Jesucristo nuestro Señor.
Intenciones
- Por la comunidad de la Iglesia, para que nuestros líderes nos sirvan de inspiración por su fe, y para que llevemos nuestra alegría y paz a un mundo en urgente y extrema necesidad de esperanza y amor, roguemos al Señor.
- Por las comunidades de nuestras familias, para que los padres sean inspiración para sus propios hijos con una fe viva y contagiosa, para que los jóvenes busquen con ilusión la verdad, la justicia y la esperanza cristiana, roguemos al Señor.
- Por la comunidad de nuestra parroquia, para que aprendamos a cooperar con todos, y para que nos preocupemos por los pobres y por los enfermos cerca de nosotros, roguemos al Señor.
Oración sobre las Ofrendas
Oh Dios, Padre nuestro:
Con pan y vino celebramos tu alianza eterna con tu pueblo.
Que esta celebración siempre festiva
no sea solamente un mero recuerdo del pasado,
sino una participación activa hoy de la muerte al pecado
y de la resurrección a una nueva vida
de tu Hijo Jesucristo.
Que esta celebración exprese también nuestra firme esperanza
en el futuro de una nueva Iglesia y de un nuevo mundo,
en el que nosotros seamos plenamente tu pueblo
y tú seas nuestro Dios,
por los siglos de los siglos.
Oración después de la Comunión
Señor Dios nuestro:
Que por medio del pan de fortaleza
y el vino de alegría y esperanza de Jesús, tu Hijo,
nos convirtamos en piedras vivas
con las cuales tú edificas entre el pueblo
la comunidad en la que tú vives.
Y que nuestro firme fundamento sea
la base y piedra angular que tú nos has dado,
Jesucristo mismo, nuestro Señor.
Bendición
Hermanos: ¡Cuánto más podríamos hacer, si nuestras comunidades estuviesen unidas! La realidad de “un solo corazón y de una sola alma” es una tremenda fuerza.
Que Dios les conceda esta gracia y les bendiga, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.Introducción