Liturgia viva del Martes de la VI Semana de Pascua
El  Espíritu Testifica Contra El Mundo 
 (Hch 16,22-34; Jn 16,5-11)  
Introducción
   La vida de Cristo, que la  comunidad vive, y la mentalidad de Cristo vivo en la Iglesia, darán testimonio  contra el mundo en la medida en que éste está todavía por redimir y dominado  por el mal.  El mundo acusa a Cristo de  ser un pecador, en su juicio lo encuentra culpable como si fuera un hombre sin  fundamento, y lo condena. — Pero ¿quién es realmente el pecador? ¿Quién es el  culpable? ¿Quién es condenado? No Cristo, sino, todo lo contrario, el mundo.  ¿Quién probará esto? El Espíritu de Cristo vivo en la Iglesia. Si la Iglesia  vive la vida del justo Jesús, las obras del mundo aparecerán como injustas, y  la vida de Cristo vivida por los cristianos será una condenación del mundo y de  los poderes del mal.
   Oración Colecta
 Señor Dios nuestro:
 Tú nos exiges mucho, a nosotros,  tu Iglesia, 
 al llamarnos a ser testigos
 de tu Hijo y de su mensaje  salvador,
 aunque seamos hombres y mujeres
 que participamos también en el  pecado del mundo. 
 Envíanos tu Santo Espíritu
 para abrirnos siempre a la  renovación y conversión, 
 para que tu Iglesia muestre al  mundo
 el verdadero rostro de  Jesucristo
 Hijo tuyo y Señor nuestro
 por los siglos de los siglos.
Intenciones
- Para que el pueblo de Dios continúe dando gracias a Dios porque nos ha dado la gracia de creer en él, y en Jesucristo y su evangelio, roguemos al Señor.
- Para que el Espíritu Santo nos ayude a discernir cuánta mentira e injusticia hay todavía en nuestro mundo, y nos dé la valentía de testificar a favor de la verdad, de la bondad y de la justicia del evangelio, roguemos al Señor.
- Para que creamos que el Espíritu Santo guiará nuestras vidas por los caminos de Cristo y su evangelio, roguemos al Señor.
Oración sobre las  Ofrendas
 Señor Dios nuestro:
 Aquí te ofrecemos ahora pan y  vino,
 que son tus regalos para  nosotros 
 y nuestra ofrenda para ti,
 para que se transformen en  Cristo. 
 Envíanos el Espíritu de tu Hijo, 
 para que los que nos sentamos a  esta mesa santa
 lleguemos a ser también 
 signos de la presencia de Cristo  entre nosotros
 al compartir unos con otros
 y al dar al mundo el pan de amor  y justicia. 
 Te lo pedimos por Cristo nuestro  Señor.
 Oración después de  la Comunión
 Señor Dios nuestro:
 Tú nos has confiado a nosotros,  tu pueblo, 
 la tarea de continuar la misión  de tu Hijo
 de redimir al mundo.
 Envíanos el Espíritu Santo de tu  Hijo
 para que nos haga testigos suyos  creíbles:
 hombres y mujeres que primero viven 
 lo que queremos que otros  acepten y vivan; 
 hombres y mujeres 
 para quienes tu Hijo es 
 una persona real y un camino de  vida.
 Te lo pedimos por el mismo Cristo  nuestro Señor.
 Bendición:
 Hermanos: Cristo nos da el  Espíritu Santo para guiarnos a cada uno de nosotros y a toda la Iglesia por los  caminos del evangelio. Él nos ayudará a llevar el evangelio al mundo, aclarándonos  el mensaje de Cristo y dándonos el discernimiento y la fortaleza para  comunicarlo al mundo de hoy.  Para ello, que la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu  Santo descienda sobre nosotros y nos acompañe siempre.          
 
				 
                    
