Liturgia Viva del Jueves de la II Semana de Cuaresma. San Patricio, obispo
EL PUEBLO SUFRE. MIRA SUS NECESIDADES
(Jer 17,5-10; Lc 16,19-31)
Introducción
Oración Colecta
Muchos de nosotros
nunca disfrutamos tanto como ahora
del bienestar y la vida,
y por eso nos hemos vuelto
engreídos y satisfechos de nosotros mismos,
felices en nuestro pequeño mundo egoísta.
Oh Dios, haz que nuestros oídos
permanezcan abiertos a tu palabra
y nuestros corazones abiertos a ti
y también a nuestros hermanos.
No permitas que, en nuestra situación de bienestar,
nos olvidemos de ti y de los hermanos,
o que pongamos nuestra esperanza solo en nosotros mismos.
Danos la sana inquietud de buscarte a ti, siempre y en todo,
por medio de Jesucristo nuestro Señor.
Intenciones
- Por los pobres y desposeídos, por los que viven totalmente al margen de un digno bienestar y de la sociedad, roguemos al Señor.
- Por los que tienen la mente y el corazón endurecidos y ya no ven ni las necesidades ni las ansiedades de los pobres, roguemos al Señor.
- Por los países pobres del tercer o del cuarto mundo, para que puedan tener el debido acceso a los recursos y riquezas de esta nuestra tierra, roguemos al Señor.
Oración sobre las Ofrendas
Señor Dios nuestro:
Tú sabes lo que hay en nosotros, en nuestro corazón,
y dónde está nuestro tesoro.
Danos fe no en nosotros mismos
o en lo que nuestra creatividad y nuestras manos han hecho,
sino en lo que podemos construir
todos juntos, contigo y con tu Hijo,
para que todo lo que somos y hacemos
sea a la vez un don que procede de tu generosa bondad
y fruto de nuestro trabajo y creatividad,
y que todo contribuya a construir
un mundo más digno, más humano; un mundo mejor,
en Jesucristo nuestro Señor.
Oración después de la Comunión
Señor Dios nuestro:
Abre nuestros oídos
a las palabras que Jesús nos dirige
para que creamos en tu designio salvador
y construyamos entre todos un mundo mejor.
Abre nuestros ojos y corazones
a las necesidades de los que sufren,
para que, en tu nombre,
podamos cuidarnos fraternalmente de ellos.
Y abre definitivamente nuestros corazones a ti
para que sin cesar te amemos y alabemos
por los siglos de los siglos.
Bendición
Hermanos: Lo que todos grandemente necesitamos son ojos para ver las necesidades de nuestros hermanos, oídos para escuchar su estruendoso clamor que reclama justicia, misericordia y una participación equitativa de los bienes de la tierra, tanto materiales como espirituales. Que el Dios de bondad sea bueno, nos dé un corazón grande y compasivo, y lleve a cabo todo ese bello sueño en nosotros.
Y que la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre nosotros y permanezca para siempre.