Liturgia Viva del IV Domingo de Adviento
Emanuel: “Dios-con-Nosotros”
Saludo (Ver Segunda Lectura)
A todos ustedes, amados y llamados por Dios
a ser santos y consagrados,
la gracia y la paz de parte de Dios nuestro Padre
y de Jesucristo el Señor. (Rom.1,7)
Introducción por el Celebrante
Dios está con nosotros. Dios está en medio de nosotros. En Jesús, Dios es uno de nosotros. Dios en forma humana vive en medio de nosotros y viene para hacernos real y plenamente humanos en el modo que Dios se propuso; y quiere que seamos total y perfectamente humanos.
Aquí está Jesús, nuestro modelo de profunda humanidad. Solamente tenemos que mirarle y dejar que él nos modele y nos forme con su Espíritu. Entonces nosotros también seremos completa y totalmente hijos e hijas de nuestro Dios bondadoso. Éste es el formidable mensaje de hoy. — Percibamos a Jesús aquí en medio de nosotros. Que su palabra y su eucaristía nos transformen, y que lleguemos a ser carne de su carne y sangre de su sangre.
Acto Penitencial
Volvamos a Dios, que, aun en nuestra debilidad,
estará siempre junto a su pueblo.
Pidamos al Señor que nos perdone.
(Pausa)
- Señor Jesús, tú eres el prometido Emanuel, Nuestro Dios-con-Nosotros:
R/ Señor, ten piedad de nosotros. - Cristo Jesús, tú eres nuestro Salvador. Tú vienes a salvarnos de nuestros pecados:
R/ Cristo, ten piedad de nosotros. - Señor Jesús, tú eres uno de nosotros, plenamente humano, para hacernos a nosotros completamente humanos e hijos e hijas de Dios.
R/. Señor, ten piedad de nosotros.
Ten misericordia de nosotros, Señor, y derrama sobre nosotros tu perdón amoroso;
haz que te pertenezcamos siempre y llévanos a la vida eterna.
Oración Colecta
Pidamos a Dios que nos dé un lugar cálido para su Hijo en nuestros corazones y en nuestras vidas.
(Pausa)
Danos el don de que tu Hijo renazca en nosotros
como la fuente de nuestra vida y de nuestra esperanza.
Que él nos alce de nuestra tristeza y desaliento
y nos traiga su luz. Que nos dé la gracia de ser justos, dignos de confianza, y gente de paz.
Que venga él a todas las naciones, a cada hogar y a cada corazón, para que juntos con él te demos gloria y alabanza
a ti, nuestro Dios en las alturas,
ahora y por los siglos de los siglos. Amen.
Primera Lectura (Is 7,10-14): Su nombre, Dios-con-Nosotros
En una emergencia nacional, Dios ofrece un signo de que salvará a su pueblo: Una joven dará a luz un hijo cuyo nombre, Emanuel, significa “Dios-está-con-nosotros”. Se ofrece el nacimiento de un niño como signo de esperanza.
Segunda Lectura (Rom 1,1-7): Jesús, Hijo de Dios y Descendiente de David
Pablo profesa su fe en Cristo Jesús. Jesús es el Salvador anunciado por los profetas; es hombre, ya que es descendiente de David; y es Hijo de Dios y Señor nuestro resucitado, a quien pertenecemos.
Evangelio (Mt 1,18-24): Jesús Es Nuestro Dios-con-nosotros
Mateo presenta al hijo que nacerá de María como el prometido “Emanuel – Dios-con-nosotros”-, porque es hijo de David por medio de José, su padre adoptivo, y nacido de la Virgen Madre María por obra del Espíritu Santo.
Oración de los Fieles
Nuestro Dios y Salvador oye los gritos de su pueblo. Confiémosle todos nuestros anhelos y a todos nuestros seres queridos, amados también por él. Y digámosle: R/ Ven, Señor, y visita a tu pueblo.
- Por una fe más profunda en el Hijo de Dios, que se hizo hombre para traer luz a todos los que buscan en la oscuridad, roguemos al Señor: R/ Ven, Señor, y visita a tu pueblo.
- Por la paz y reconciliación en el mundo en general, y en nuestros propios pequeños mundos en particular, roguemos al Señor: R/ Ven, Señor, y visita a tu pueblo.
- Para que haya más respeto y atención hacia hermanos que precisan ayuda en su necesidad, y una mayor preocupación por los que sufren, roguemos al Señor: R/ Ven, Señor, y visita a tu pueblo.
- Pidiendo luz y sabiduría para los líderes de las naciones, para que todos sus subordinados alcancen una participación equitativa en los dones de la creación de Dios, roguemos al Señor: R/ Ven, Señor, y visita a tu pueblo.
- Por los padres que esperan un hijo o hija, para que protejan con calor y cariño la nueva vida, y para que experimenten y transmitan el amor de Dios para con sus hijos, roguemos al Señor: R/ Ven, Señor, y visita a tu pueblo.
- Y por nosotros mismos en nuestras comunidades cristianas, para que seamos amables unos con otros, como Dios es bondadoso y amable con nosotros, roguemos al Señor: R/ Ven, Señor, y visita a tu pueblo.
Oh Dios y Salvador nuestro, danos como sumo don a tu Hijo Jesús. En él se verán cumplidas todas nuestras expectaciones, ahora y por los siglos de los siglos. Amén.
Oración sobre las Ofrendas
Oh Dios y Padre nuestro: En estos humildes signos de pan y vino nos das hoy a tu Hijo Jesucristo como nuestro Dios-con-nosotros . Danos suficiente fe para acogerlo también en los hermanos necesitados y para escuchar su constante llamado en los acontecimientos de la vida de cada día, de forma que él permanezca con nosotros ahora y por los siglos de los siglos. Amén.
Introducción a la Plegaria Eucarística
Con alegría damos gracias al Padre porque quiso hacerse Dios-con-nosotros en su Hijo Jesucristo.
Invitación al Padre Nuestro
Por medio de Jesucristo, nuestro “Dios-con-nosotros”, oremos con la mayor confianza a nuestro Padre del cielo: R/ Padre nuestro…
Líbranos, Señor
Líbranos, Señor, de todos los males, particularmente de nuestro orgullo auto-satisfecho, que nos cierra a ti y a tus dones. Danos la sencilla receptividad de los niños y los humildes, de modo que tú vivas entre nosotros y llenes nuestra larga espera con la presencia de nuestro Señor y Salvador, Jesucristo. R/ Tuyo es el reino…
Invitación a la Comunión
Éste es Jesús, el Hijo de Dios e Hijo de María, nuestro Señor y Salvador. Dichosos nosotros de recibirle como nuestro “Dios-con-nosotros”. R/ Señor, no soy digno…
Oración después de la Comunión
Oh Dios y Padre nuestro: Tú decidiste venir a tu pueblo en la humildad y debilidad de un niño por medio de Jesucristo, tu Hijo. Tú nos lo has dado aquí en la eucaristía como nuestro Dios-con-nosotros. Que él provoque nuestra vergüenza cuando nos vanagloriamos de nuestros éxitos o cuando ponemos toda nuestra confianza en nuestros propios recursos. Danos la gracia de entender que tu mismo Hijo Jesús es la fuente de nuestro poder, y que nosotros y el mundo podemos llegar a ser recreados y nuevos por medio de Jesucristo nuestro Señor.
Bendición
Hermanos: En estos días tenemos ya la luz de los árboles de Navidad y de las estrellas del nacicimiento, y el intercambio de regalos entre parientes y amigos. Que todos estos gestos cobren significado al resplandor de la Luz mayor de Dios y del regalo más sublime de Dios a nosotros: su propio Hijo Jesucristo nuestro Dios-con-nosotros. Que la bendición de Dios todopoderoso, en su bondad, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre nosotros y nos acompañe siempre.