Liturgia viva del dedicación de la basílica de letrán, fiesta
DEDICACIÓN DE SAN JUAN DE LETRÁN
 Nota: Ya que esta fiesta no tiene  lecturas propias, podemos tomar del común de la Dedicación de las Iglesias las  que mejor encajen con las necesidad de nuestra actual comunidad. Como fiesta de  Nuestro Señor reemplaza al Domingo del Tiempo Ordinario con el que coincida.
Tú, el Templo de Dios, Eres Sagrado
Saludo
   Recuerden ustedes, hermanos,  que este lugar es santo, porque el Señor está aquí cono nosotros.   Recordemos que nosotros mismos estamos  llamados a ser santos ya que somos templo de Dios.  Que el Señor, Jesús, esté siempre con  ustedes.
Introducción por el Celebrante
   Los cristianos construyen  templos para dar culto a Dios.Pero esos templos no tienen sentido si no apuntan  hacia la Iglesia, el Cuerpo de Cristo animado por su Espíritu. Dios está  presente, en primer lugar, allí donde está el pueblo cristiano reunido con su  fe, esperanza y amor. Nosotros somos la Iglesia, y por la gracia de Dios  nosotros hacemos la Iglesia; somos sus piedras vivas para la construcción.  Cuando venimos al templo, expresamos que somos el nuevo pueblo vivo de Dios que  construye nuestras vidas en Cristo.
   Acto Penitencial
   Con demasiada  frecuencia nos olvidamos de vivir como pueblo de Dios.    Pidamos perdón al Señor.
   (Pausa)
   Señor Jesús,  cuando olvidemos nuestras  responsabilidades  como cristianos en el mundo de  hoy,   perdónanos:
   R/ Señor, ten piedad de  nosotros.
   Cristo  Jesús,  cuando no construimos nuestra vida sobre ti, como nuestro  fuerte cimiento que tú eres, perdónanos:  
   R/ Cristo, ten piedad de  nosotros.
   Señor  Jesús,   cuando  no sabemos o no queremos construimos una comunidad
   en la que tú estés visiblemente vivo, perdónanos:
   R/ Señor, ten piedad de nosotros.
Ten misericordia de nosotros, Señor, perdona todos nuestros pecados.Haz que seamos realmente tu Iglesia;vive tú en medio de nosotros y llevamos a la vida eterna.
Oración Colecta
   Roguemos para que seamos realmente la Iglesia de Jesucristo
   (Pausa)
   Oh Dios, Padre nuestro:Tú nos has llamado por medio de tu Hijo  a ser una comunidad de fe, amor y  servicio construida sobre el único cimiento sólido:Jesucristo, Señor nuestro.  Llénanos con su Espíritu, para que seamos tu Iglesia  en palabra y obras, sin plantear exigencias,  sin buscar privilegios, sin tratar de dominar  ni controlar a nadie. Ayúdanos a llevar alegría a todos, a amar sin excluir a  nadie  y a servir sin exigir ni gratitud  ni nada a cambio. Que así seamos la casa viva de Dios llena con la presencia de  tu Hijo,Jesucristo nuestro Señor.
   
   Primera Lectura (Gen 28,11-18): Verdaderamente, el Señor Está Aquí
   Cuando Jacob está en  territorio pagano Dios le hace sentir su presencia, porque Dios está donde está  su pueblo, y Jacob es la semilla de la que el pueblo de Dios brotará.
   
   Segunda Lectura (1 Cor 3,9-11. 16-17): Ustedes Son Templo de Dios
   La misma comunidad cristiana  es el edificio construido en honor de Dios. Cada uno de nosotros es una piedra  viva en él, teniendo a Cristo como nuestro sólido cimiento. Dios vive en su  comunidad.
   
   Evangelio (Jn 2,13-22): Cristo, el Verdadero Templo
   Jesús  limpia el templo judío, que más tarde será destruido, porque la verdadera “casa  de Dios”, donde encontraremos a Dios, es Jesucristo. ¿No somos nosotros la  Iglesia, su cuerpo?
   
   Oración de los Fieles 
   Oremos  a Jesús, Señor nuestro, para que los miembros de su comunidad cristiana seamos  más conscientes de que somos el pueblo y el templo de Dios, y roguemos también  por las necesidades de todo el mundo. Digamos:  
   R/ Señor, que sepamos construir tu comunidad.
   – Para que en nuestras comunidades  cristianas todos aporten tiempo y esfuerzo personal, trabajando hacia una  Iglesia mejor y más evangélica, roguemos al Señor.  
   R/ Señor, que sepamos construir tu  comunidad.
   – Para que nuestras organizaciones y  ministerios en nuestras diócesis y parroquias cooperen y se coordinen mejor  entre sí, de forma que, con su trabajo en equipo y con su unidad, todos los  fieles lleguen a formar con eficacia el único cuerpo de Cristo, roguemos al  Señor.
   R/ Señor, que sepamos construir tu comunidad.
   – Para que todas nuestra iglesias  cristianas trabajen para conseguir la unidad a la que están llamadas por Jesús,  el único Buen Pastor de todos, roguemos al Señor.
   R/ Señor, que sepamos construir  tu comunidad.
   – Para que los gobernantes de las  naciones se esfuercen  sinceramente por  fomentar la paz en la comunidad del mundo y busquen soluciones comunes para  problemas comunes, al mismo tiempo que respeten   la identidad, los derechos y la dignidad de cada pueblo, roguemos al  Señor.
    R/ Señor, que sepamos construir tu comunidad.
   – Para que los que viven en seguridad  acojan a extranjeros y refugiados, a gente sin casa ni país, y les muestren el  calor de la hospitalidad, roguemos al Señor. 
   R/ Señor, que sepamos construir  tu comunidad.
   – Y finalmente, para que esta nuestra  comunidad  sea siempre consciente de que  está unida en fe y en amor, en esperanza y servicio al Papa y a la Iglesia  universal, roguemos al Señor. 
   R/  Señor, que sepamos construir tu comunidad.
   – Señor  Jesús, Tú quisiste vivir en medio del pueblo. Haz a tu Iglesia y a su templo  cada vez más el espacio donde el pueblo pueda reunirse en tu nombre, pues tú  eres nuestro Señor y Salvador por los siglos de los siglos.
   
   Oración sobre las Ofrendas
   Señor Dios nuestro:
   Traemos ante ti estos dones de pan y vino para recordar que Jesucristo está en medio de nosotros.Que él sea para todos nuestro camino,  nuestra verdad y nuestra vida.Y  que él llegue a estar vivo entre nosotros   por medio de su Santo Espíritu, no solamente en estos signos  sacramentales y en este lugar,sino en todo el ancho mundo, en una Iglesia viva,  comprometida, en un cristianismo  renovado y auténtico, en el que el mismo Jesús es Dios y Señor nuestro por los siglos de los siglos.
Introducción a la Plegaria Eucarística
   Juntamente  con Cristo, que es la piedra angular sobre la que estamos edificados como  cuerpo suyo, ofrecemos a nuestro Padre el culto y la adoración de esta  eucaristía y de nuestras vidas.
   Introducción al Padre Nuestro
   En este templo, casa de  oración   oremos a nuestro Padre del  Cielo la oración de confianza de su Hijo Jesús.  R/ Padre nuestro…
Introducción a los Ritos de Paz y de Fracción del Pan
   En la comunidad cristiana y en  la vida caminamos juntos, unos con otros,    buscamos paz y anhelamos felicidad.     Aquí, en esta casa de oración,     Jesús, el Señor, parte el pan de vida para nosotros.Partamos también  nosotros nuestro pan, los unos para los otros,    y pidámosle el don del Espíritu de Jesucristo.Que la paz de Cristo esté  siempre con ustedes.
   
   Invitación a la Comunión
   Este es el cuerpo de Jesús, el  Señor. Él se nos da a si mismo    para  que podamos llegar a ser más su cuerpo, la Iglesia.    R/  Señor, no soy digno…
Oración después de la Comunión
   Señor  Dios nuestro:
   Tú  has llenado esta casa y también nuestros corazones
   con  la presencia misteriosa de tu Hijo;
   él  nos ha proclamado su Palabra,
   se  ha compartido a sí mismo con nosotros
   como nuestro alimento en el  camino de la vida.Que seamos ahora para el mundo   la  señal de que tu Hijo vive entre nosotros.    Que nuestra búsqueda e interés por la justicia,   por la dignidad humana,  por el amor, la honestidad y la unidad,   te dé a ti alabanza,  y proclame a todo el mundo    que nosotros somos tu puebloy que  Jesucristo es nuestro Señor y Salvador,     por los siglos de los siglos.
   
   Bendición
   Hermanos:  Cuando hablamos de la Iglesia  y pensamos  sobre ella, habríamos de tener muy presente que la Iglesia, la comunidad del  pueblo de Dios, es mucho más importante que el edificio material o templo. –  Nosotros somos el cuerpo de Cristo,  y en  nosotros la gente habría de reconocer al Señor y sentir su presencia.
   Que  esto llegue a ser verdadero en nosotros, con la bendición de Dios todopoderoso,  Padre, Hijo y Espíritu Santo.
   Podemos ir en paz y ser el signo de que Cristo está vivo en el mundo de  hoy.
 
				 
                    
