Liturgia viva del Bienaventurada Virgen María, Madre de la Iglesia
NO DISPUESTO A PAGAR EL PRECIO
 (Año I. Eclo 17,19-27;  Mc 10, 17-27)
 Introducción
     Año I. Ben Sirá, el autor del Eclesiástico, afirma que todos, incluso los justos,  están afectados por el pecado,  y por lo tanto llama a todos a la penitencia.
     Año II. Esta primera carta de Pedro se escribió en Roma, dirigida a cristianos no-judíos de la región de Asia. La asistencia de un secretario puede explicar cómo su griego es más bien sofisticado para un pescador de Galilea. Empieza su carta con un himno, como algunos autores griegos solían hacer. Los temas claves de la carta, como el bautismo y las dificultades de parte de los no cristianos, aparecen en este himno.
     Evangelio. El joven del evangelio está orgulloso, quizás un poco farisaicamente, de haber observado los mandamientos desde su niñez. Pero Jesús pide más:  Por el reino de Dios uno tiene que estar dispuesto a seguir radicalmente a Jesús, y por él a renunciar a todo lo demás. La oferta de Jesús es demasiado exigente para poderla aceptar. El joven no estaba dispuesto a pagar el precio. — ¿Estamos nosotros siempre dispuestos a pagarlo totalmente?
 Oración Colecta
 Oh Dios, Padre nuestro:
 Tu Hijo Jesús nos mira con amor
 y nos pide que le sigamos
 generosa y radicalmente.
 Pero tú sabes lo difícil que es para nosotros
 no sentir mayor atracción
 por las cosas y por la gente que por ti.
 Sostennos en nuestras luchas
 para que seamos totalmente libres 
 para servirte a ti y a los hermanos,
 ya que lo que es imposible para nosotros
 tú lo puedes hacer en nosotros
 por medio de Jesucristo nuestro Señor.
Intenciones
- Por los que en la Iglesia nos proclaman la sabiduría de la Palabra de Dios, para que ellos mismos primero la vivan y después compartan su experiencia con nosotros, roguemos al Señor.
 - Por los padres y educadores, para que reten a los jóvenes a vivir poniendo interés en las cosas realmente importantes; y también por los jóvenes, para que el idealismo y la generosidad guíen sus vidas, roguemos al Señor.
 - Por todos nosotros, para que seamos profundamente conscientes de que por la gracia de Dios tenemos la fuerza de responder a la invitación del Señor, roguemos al Señor.
 
Oración sobre las Ofrendas
 Oh Dios y Padre nuestro:
 En estos sencillos signos de pan y vino
 reconoceremos enseguida la presencia
 de tu Hijo Jesucristo en medio de nosotros.
 Que él nos dé ojos y corazones de fe 
 para reconocer su presencia real 
 también en todos los pobres
 que no cuentan en este mundo. 
 Haznos pequeños y suficientemente pobres
 para reconocer que debemos a los pobres 
 lo que debemos a Jesucristo nuestro Señor.
 Oración después de al Comunión
 Oh Dios y Padre nuestro:
 En esta eucaristía nos hemos encontrado  
 con tu Hijo Jesucristo.
 Que él nos dé pobreza de corazón 
 para seguirle a donde quiera él nos llame.
 Tenemos pocas cosas materiales 
 para venderlas y darlas a los pobres.
 Pero, haznos conscientes 
 de todas nuestras riquezas de mente y corazón, 
 de paciencia y amor
 que podemos compartir con los hermanos,
 y ayúdanos a hacerlo con entusiasmo y sin vuelta atrás,
 en el nombre de Jesucristo nuestro Señor.
 Bendición
 Hermanos: Normalmente un encuentro con Jesucristo cambia a una persona.  Pero la persona también puede rehusar, como el joven rico del evangelio de hoy. Que ojalá experimentemos nosotros encuentros íntimos con Jesús, que nos transformen de verdad.
 Para ello, que la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre nosotros y nos acompañe siempre.          
				
                    
