Liturgia Viva de jueves de la XVIII Semana del Tiempo Ordinario
UN GRANO DE FE
(Año II. Hab 1:12 – 2:4: Mt 17:14-20)
Introducción
Año II. El profeta Habacuc consuela y da confianza al pueblo de Dios. Dice: “Aun cuando no entiendan los caminos de Dios, permanezcan fieles a él, porque él es un Dios en quien pueden confiar”.
Evangelio. Si nos ponemos a mirar la Biblia y la historia, incluso la historia reciente de personas que hemos conocido o que quizás viven todavía, incluso gente discreta y humilde, pero gente de fe que toma seriamente la palabra de Jesús, nos percatamos de que con ellos Dios pudo hacer grandes obras, hasta lo imposible. Pero tenemos que creer realmente. Aun un granito de fe puede hacer milagros. Pidamos al Señor que nos otorgue hoy ese grano de fe.
Colecta
Oh Dios siempre fiel:
Hoy te damos gracias por nuestra fe
que de ti hemos recibido como un gran don
que con tu ayuda tenemos que desarrollar.
Haz que nuestra fe crezca cada día.
Que ella dé sentido a nuestra vida
y que se exprese en amor y justicia.
Que nos traiga alegría y comprensión
y nos acerque íntimamente a ti y a los hermanos.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Intenciones
- Para que la Iglesia lleve la luz de la fe a donde haya oscuridad, confusión e indiferencia; que lleve esperanza a donde haya pesimismo y desesperación; amor a donde hay lucha y odio, roguemos al Señor.
- Para que los líderes, los profetas, los testigos de la fe y todos los demás que tienen la tarea de guardar viva nuestra esperanza en un mundo mejor, sean guiados y fortalecidos por el Espíritu Santo, roguemos al Señor.
- Para que los que están desalentados por el sufrimiento, por sus dudas y temores, sigan creyendo y esperando en un Dios que lleva todo a buen término, roguemos al Señor.
Oración sobe las Ofrendas
Oh Dios, Padre nuestro:
Creemos firmemente que tu Hijo Jesús
va a transformar estos sencillos dones de pan y vino
en su propio cuerpo y sangre
Así él estará con nosotros con toda su fuerza y amor.
Ayúdanos a creer de corazón
que él está también con nosotros en la vida de cada día
como Señor de nuestras vidas y como nuestro amigo,
que da sentido a todas nuestras obras y trabajos.
Que él haga nuestra fe como una forma de vida
que te dé a ti todo honor y gloria,
ahora y por los siglos de los siglos.
Oración después de la Comunión
Señor Dios nuestro:
Acepta nuestra acción de gracias
por habernos dado a Jesús
para reavivar y fortalecer nuestra fe.
Danos seguridad y confianza
de que él está con nosotros
en los afanes y luchas del día,
y de que, si él camina a nuestro lado,
todo se torna posible.
Guarda esta fe y esta esperanza vivas en nosotros
y ayúdanos a dar testimonio de nuestra misma fe,
fortalecidos por quien está siempre con nosotros,
Jesucristo nuestro Señor.
Bendición
Hermanos: Jesús nos ha dicho: “Si tuvieran fe tan grande como una diminuta semilla…” Quizás sea bueno que a veces sea robada nuestra fe por serias dificultades y molestas preguntas, para que no se vuelva complaciente y satisfecha de sí misma. Pongamos nuestra confianza en el interés y en el amor de Dios por nosotros.
Que la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre ustedes y les acompañe siempre…