Liturgia Vida del jueves de la XVII Semana del Tiempo Ordinario
LO VIEJO y LO NUEVO EN EL REINO
Liturgia de la Palabra
Primera Lectura: Año II: Jer 18,1-6
Esta Primera Lectura nos permite escuchar la voz de Dios diciéndonos que somos en sus manos como arcilla en las manos del alfarero. Él nos moldea pacientemente, serenamente, hasta que cada uno adquiera la perfección única de su belleza.
Evangelio: Mt 13,47-53
Dios nos llama a una profunda conversión. Quiere que nos dejemos amar, sanar y liberar por él mientras ponemos todo nuestro empeño en hacer crecer dentro nuestro todo lo bueno y lo bello que nos ha dado.
Oración Colecta
Oh Dios de ternura y misericordia, siempre fiel,
tú quieres que seamos tu Pueblo en marcha
con Jesucristo, tu Hijo, hacia el nuevo futuro
de justicia y amor de tu Reino.
No permitas que nos sofoquemos
contentándonos con viejos hábitos
y acciones perezosas.
Ayúdanos a aceptar el dolor
de dejar a nuestras espaldas lo que nos es familiar
y abrirnos al desafío del Evangelio,
que nos mueve a ser semejantes a tu Hijo
y guía nuestros pasos vacilantes hacia
Jesucristo, nuestro Señor.
Oración de los Fieles
– Por la Iglesia. Para que sea una voz y una fuerza que promueva la justicia y el amor entre la gente y entre las naciones, roguemos al Señor.
– Por los políticos y economistas de nuestros días. Para que orienten sus acciones a la justicia distributiva de los bienes de la Tierra, roguemos al Señor.
– Por todos nosotros. Para que sepamos vivir en las manos de Dios y dejemos que nos moldee, incluso en las pruebas difíciles, roguemos al Señor.
Oración sobre las Ofrendas
Señor Dios nuestro:
Celebramos con pan y vino
la Alianza que renuevas con nosotros
en la sangre de Jesucristo.
Transfórmanos en tu Pueblo nuevo y fiel
unidos a ti en una perenne unión de amor.
Renueva nuestros corazones;
cámbianos en nuevo vino de alegría y esperanza
para que reconstruyamos hoy este mundo
y marchemos con tu Hijo hacia tu nuevo Cielo
donde tú serás nuestro Dios para siempre.
Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor.
Oración después de la Comunión
Oh Dios de esperanza:
Tú nos has dado a Jesucristo, tu Hijo,
como nuestro compañero de camino
para que podamos entender las antiguas cosas
con un corazón nuevo y joven.
Que no nos conformemos
con poner parches a lo antiguo,
sino que nos dejemos renovar por Cristo.
Que él mismo nos impulse hacia adelante
con firmeza pero también paciencia
con nuestro propio crecimiento
y el de los demás.
Guíanos siempre por él,
en quien plenamente confiamos:
Jesucristo nuestro Señor.
Bendición
Hermanos: Tenemos que hacer visible al Señor con formas que nuestro tiempo entienda. Y tenemos que hacer de nuestro mundo, cada vez más, el mundo y el Reino de Dios. Que ustedes puedan realizarlo con la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo.

