Miércoles de la XXIV Semana del Tiempo Ordinario
Lc 7, 31-35. Hemos tocado la flauta y no habéis bailado, hemos entonado lamentaciones, y no habéis llorado.
Lc 6,43-49. ¿Por qué me llamáis «Señor, Señor», y no hacéis lo que digo?