Comentario al Evangelio del viernes, 7 de febrero de 2020
Carlos Latorre, cmf
Queridos amigos:
Por primera vez Jesús está solo y no es el protagonista de la narración. El
tetrarca Herodes Antipas, hijo de Herodes el Grande, confunde a Jesús con
Juan Bautista resucitado. Muchos dirigentes en el mundo siguen confundiendo
a Jesús con un dios hecho a la medida de sus intereses.
La descripción del martirio de Juan muestra la crueldad a la que llegan los
poderosos para hacer callar la conciencia crítica de los profetas de todos
los tiempos. También esta macabra crueldad es un signo premonitorio de lo
que les espera a Jesús, a los discípulos y a todos los que se tomen en
serio la opción por la vida como base fundamental del reinado de Dios.
Jesús se ha vuelto un personaje famoso y cada cual da su opinión sobre él
según sus expectativas.
Y esas opiniones llegan hasta el rey Herodes, que, como muchos, piensa que
es Juan Bautista resucitado. La muerte violenta del pariente de Jesús se
convierte en un aviso de lo que va a ocurrir con el mismo Jesús y sus
discípulos. Su misión les acarreará la hostilidad, la persecución y la
cárcel e incluso la muerte violenta.
El Papa Francisco hace referencia con frecuencia a los mártires cristianos
de hoy día y afirma que son más numerosos que en los primeros siglos del
cristianismo.
¿Por qué hay tanta intolerancia en el mundo? ¿A quién hacen daño los
cristianos al practicar su fe rezando y siendo caritativos con los pobres?
Hay muchas clases de martirio, empezando por la incomprensión y crítica de
quienes están más cerca de nosotros como son nuestros parientes, amigos y
hasta los propios padres. Qué hacer ante quien nos critica o se burla de
nosotros. Ciertamente no siempre el plantarles cara y empezar a discutir es
lo mejor, pues todos queremos tener razón y saber más que el otro. Como ya
nos advierte el mismo Jesús: “por sus frutos los conoceréis”.
Hemos de ser coherentes con lo que decimos, no hablar de una cosa y después
hacer lo contrario. Ese es el primer paso que hay que dar. Evangelizar no
quiere decir tener éxito, sino dar testimonio y sembrar. Algún día la
verdad saldrá a flote y dará su fruto. El amor nunca es estéril. El día y
la hora de recoger los frutos sólo Dios la sabe.
Vuestro hermano en la fe.
Carlos Latorre