Comentario al Evangelio del Viernes 6 de junio de 2025
Queridos hermanos, paz y bien.
Siempre hay lugar para una segunda oportunidad. En el texto de hoy, hemos visto cómo, después de la cena, Jesús le pregunta a Pedro tres veces si le ama. Cada vez que Pedro afirma su amor, Jesús le encarga cuidar de sus ovejas. Este pasaje resalta lo crucial que es el amor a Jesús como base del ministerio y la autoridad que le otorga a Pedro para guiar a la Iglesia.
¿En qué contexto hace Jesús esta pregunta? Después de haber cenado, Jesús se vuelve hacia Pedro y le pregunta: «¿Simón, hijo de Juan, me amas más que a estos?». Esta pregunta tiene un significado profundo, ya que compara el amor de Pedro hacia Jesús con el que podría sentir por otros. Pedro responde con fe, confesando su amor, y Jesús le dice que cuide de sus ovejas: «Apacienta mis corderos». Jesús repite la pregunta tres veces, usando diferentes términos para el amor: «ama», «amas» y, finalmente, «quieres». En cada ocasión, Pedro reafirma su amor, y Jesús le confía el cuidado de sus ovejas, que representan a la comunidad de creyentes.
¿Por qué tres veces pregunta Jesús? La triple pregunta de Jesús a Pedro, según los exégetas, se puede interpretar de varias maneras, pero en general se ve como una restauración del amor y la fe de Pedro, quien había negado a Jesús tres veces. Esta repetición le da a Pedro la oportunidad de mostrar su arrepentimiento y demostrar que, a pesar de sus fallos, su amor por Jesús sigue siendo genuino. Y una vez confirmado el amor de Pedro a su Maestro, viene el encargo de Jesús a Pedro.
Al confiarle a Pedro el cuidado de sus ovejas, Jesús le otorga una autoridad específica para guiar a la Iglesia. Esta autoridad se simboliza con el término «apacienta», que implica cuidar, proteger y alimentar a las ovejas. Esta tarea no es fácil. Además de los problemas de la Iglesia naciente, Jesús le hace saber que su fin será parecido al del Maestro. Le dice a Pedro que cuando sea viejo, otro lo ceñirá y lo llevará a donde no quiera. Esta profecía se refiere a la muerte de Pedro, que sería por crucifixión. E n la invitación: «Sígueme» va implícito un final similar al de Jesús. Como siempre, no es sencillo, pero es posible. Para eso están el amor y el Espíritu Santo.
Vuestro hermano en la fe,
Alejandro, C.M.F.