Comentario al Evangelio del viernes, 21 de febrero de 2020
Juan Carlos Rodriguez, cmf
Queridos hermanos:
Habla claro nuestro Maestro. Nunca ha sido de los que „doran la píldora“. Y pone las cartas sobre la mesa, sin rodeos.
Negarse. Cargar con la cruz. Perder la vida… Seguirle.
¿Necedad? ¿Locura? ¿Ingenuidad? ¿Absurdo?
Quizá sea bueno comenzar dejando que nos venga, a primer plano de conciencia, lo que las propuestas de Jesús, sus llamadas y sus condiciones han provocado en nosotros. Dejemos que afloren los sentimientos que suscitaron y las argumentaciones que cada uno hemos ido haciendo ante esas condiciones, esas exigencias…
Incomprensión. Resistencias. Explicaciones plausibles. Racionalizaciones, Literalismo. Huídas. Acogida…
Llamados a vivir el Evangelio sin glosa, nos preguntamos dónde está el secreto de esa contra-cultural, alternativa y a contra-corriente propuesta del Maestro.
¿No será que eso que llamamos vida solo es vida cuando se vive desviviéndose por el otro, por los otros, (por el que es la Vida de y para todos)? ¿No será que cuando damos y nos damos, entregamos y nos entregamos, regalamos y nos regalamos es cuando nos vamos haciendo con la consistencia de verdadera humanidad? ¿No será que el antídoto contra la exclusión, la indiferencia y todo tipo de inhumanidad es hacerse cargo, encargarse y cargar con el dolor ajeno, con las lágrimas del otro, con la postración de la mayoría?
Quizá la cosa sea bien sencilla. El que nos hace la propuesta es de fiar. Podemos lanzarnos a vivir a su aire, con su estilo, porque nos ha regalado el Espíritu que transforma desde dentro, que nos otorga una nueva mentalidad: la que contiene la clave con la que fueron creadas todas las cosas, la del sueño originario de Dios para la humanidad y para la entera realidad.
Maestro, contigo y en Ti.
Vuestro hermano.
P. Juan Carlos, cmf
jcracmf@gmail.com