Comentario al Evangelio del sábado, 15 de febrero de 2020

Fecha

15 Feb 2020
Finalizdo!
Alejandro Carbajo Olea, cmf

Queridos hermanos, paz y bien. Terminamos la semana como la empezamos,
contemplando a Jesús ocupándose de los que más lo necesitan. No se conforma
solo con hablar de lo que significa el Reino de Dios, sino que procura que
a sus oyentes no les falte de nada. Alimento espiritual y alimento
corporal. Porque la salvación de la persona es íntegra, no se puede separar
el alma del cuerpo.

A Jesús le da lástima de la gente. Aquí se puede ya hacer una primera
pregunta, ¿tengo yo compasión de la gente? ¿Me preocupo por los que tengo
alrededor?

Cristo quiere que las cosas mejoren, que les vaya bien, que no pasen
hambre. Y se lo cuenta a los Discípulos. Y pretende que sus amigos ayuden,
que les den de comer ellos. A los Discípulos les resulta imposible. Mucha
gente, en un lugar despoblado. Pero se produce el milagro. De lo poco que
tienen, comen todos. Es cuestión de compartir. Segunda pregunta, ¿comparto
lo que tengo, sea poco o mucho? ¿Ayudo con mis capacidades, o soy de los
que creen que “en comunidad, no muestres tu habilidad”?

Comen, quedan satisfechos, y recogen siete canastos. Y después sigue su
camino. Como se dice ahora, sale de su zona de confort. Quizá a esto se
refiere el papa Francisco, al hablar de la “Iglesia en salida”. Va a llevar
la Buena Noticia a todos los que lo necesitan. Tercera pregunta. ¿Me cuesta
mucho salir de mí, ir al encuentro de los otros, hablar de lo que a mí me
llena? ¿Soy capaz de hablar de Cristo en mi entorno, en mi trabajo, en mi
universidad…? Esto lo podemos hacer con nuestras palabras, o con nuestras
obras. Pero hay que hacerlo. Hay que compartir lo que tenemos, y hacerlo
con valentía, como Jesús.

Vuestro hermano en la fe, Alejandro, C.M.F.

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