Comentario al Evangelio del Miércoles 30 de Julio de 2025
El texto evangélico de hoy es algo así como la “codicia reconducida”. Jesús no pone un ejemplo que nos habla del deseo que tenemos todos de sentirnos seguros. Y esa seguridad se encuentra muchas veces en un cierto nivel de riqueza. Algunos pueden pensar que no es verdad pero podríamos pensar en los pobres de nuestro mundo, los que no tienen tantas veces ni lo suficiente para asegurarse el día, tanto menos para asegurarse el mañana. Ellos darían todo por encontrarse con ese tesoro y poder descansar tranquilos sin la angustia de pensar si mañana tendrán lo suficiente para comer y seguir sobreviviendo.
Pues Jesús compara el reino precisamente a ese tesoro escondido en el campo, que se presenta como la solución a todos los problemas que pueda tener una persona o una familia a medio y largo plazo. ¿Todos los problemas? Es posible que no todos. Pero incluso cuando se tiene una enfermedad y dinero es una situación mucho más deseable que si solo se tiene la enfermedad.
¿Es entonces el reino ese tesoro que todo lo soluciona? ¿Ser cristiano ya basta para tenerlo todo? Depende del punto de vista. Si por ser cristiano entendemos ir a misa los domingos, cumplir básicamente los mandamientos y no cometer pecados graves, entonces está claro que mucho tesoro no es. Así se supone que nos aseguramos la salvación eterna pero durante esta vida estaremos pensando en otros tesoros que nos interesarán más.
Pero si miramos bien lo que es el reino y todo lo que él conlleva: relación con Dios, justicia, fraternidad, etc. entonces es posible que nos vayamos dando cuenta de que el reino es el verdadero tesoro, lo que realmente vale la pena en este mundo. Todo lo demás (cuentas corrientes, propiedades, etc.) empieza a ser visto desde otra perspectiva y puesto al servicio del reino, que es lo único por lo que vale la pena luchar y dar la vida. Todo, lo que somos y lo que tenemos, tiene valor en tanto en cuanto sirve al reino. Por eso, conviene abrir los ojos y darnos cuenta de lo que es de verdad el reino del que nos habló Jesús.
Fernando Torres, cmf