Comentario al Evangelio del martes, 17 de enero de 2023
Rosa Ruiz Aragoneses
AMOR MEUS PONDUS MEUM
Decía Agustín en sus Confesiones que el amor es el “pondus” del corazón, mi “peso”. Y añade: “Amor Meus Pondus Meum: illo feror, quocumque feror”; que podemos traducir algo así como “El amor es mi peso; por él voy dondequiera que voy”.
He recordado esta frase agustiniana al leer la primera lectura de Hebreros: “la esperanza que Dios nos ofrece es para nosotros como ancla del alma, segura y firme”. Seguramente que todos podemos visualizar la fuerza de un ancla. Me imagino a mí misma, a veces vagando de un lado a otro, etapas o momentos en que no te “encuentras” en ningún sitio. Y es entonces, al sentir un ancla en el propio alma, segura y firme, cuando recuperas tu propia dignidad.

Hay más ejemplos vivos de lo que parecería a simple vista. Mira alrededor. También a lo largo de la historia. Hoy la liturgia recuerda hoy a San Antonio Abad, padre del monacato, ejemplo de admirable libertad y fidelidad radical. O Mª Antonia París, fundadora con Claret de las Misioneras Claretianas. O cualquier otro testigo que para ti sea significativo. Que ellos nos ayuden y contagien de esta amorosa libertad.
Vuestra hermana en la fe,
Rosa Ruiz Aragoneses

