Comentario al Evangelio del martes, 1 de diciembre de 2020
Rosa Ruiz
Queridos amigos y amigas:
Las lecturas de hoy ponen en el centro de la escena al Espíritu Santo. O mejor aún, los efectos de vivir bajo su sombra.
Por un lado, para Isaías es la señal del Mesías: “sobre él se posará el Espíritu del Señor”. ¿Cómo lo notaremos?: por su sabiduría y ciencia (no acumulación de datos), entendimiento (no soberbia intelectual), consejo (no maledicencias), fortaleza (no cobardíaa)…
Los que viven a la sombra del Espíritu, dejándose llevar por él, no juzgan por apariencias ni colaboran en habladurías de oídas. Quizá por eso son personas justas, rectas en sus decisiones y nada tibias con los violentos y abusadores. Da gusto vivir cerca de gente así, a no ser que nosotros mismos andemos enredados en deslealtades, mentiras o ansias de notoriedad y poder.
Si nos molesta alguna persona llena de Espíritu Santo, preguntémonos si acaso no estamos yéndonos al otro lado. Porque los que viven desde la sabiduría de lo pequeño y simple, se alegran profundamente y sólo pueden dar gracias. Como Jesús en el Evangelio.
¡Dichosos nosotros si nos sentimos más cómodos, libres y seguros con aquellos que han elegido vivir según el Espíritu de Dios y, por eso, generan conflicto y rechazo a su alrededor!, ¡dichosos nosotros si los vemos y oímos y no nos ponemos en guardia, sino que sentimos que se nos esponja el alma y sólo deseamos dar gracias a Dios por mantenernos a su lado!
Vuestra hermana en la fe, Rosa Ruiz