Comentario al Evangelio del lunes, 28 de agosto de 2023
Fernando Torres, cmf
San Agustín
Hoy celebramos la fiesta de San Agustín, uno de los llamados Padres de la Iglesia porque en aquellos primeros siglos de la historia cristiana brilló como un faro por su palabra y por su vida. Como todos los santos, no fue santo desde que nació. Hizo un largo camino hasta encontrarse con el que sería el centro de su vida: Jesús. El camino fue tortuoso, en alguna ocasión se desvió y perdió tiempo y fuerzas. Pero lo que con seguridad se puede decir de él es que nunca se contentó con las apariencias y buscó siempre algo que llenase su corazón. Y no paró hasta encontrar a Jesús. Y desde ahí se volvió para ponerse al servicio de los hermanos.
Sin duda que su palabra ha iluminado a muchos a lo largo de los siglos. Esos muchos, gracias a la palabra y al ejemplo de Agustín, han terminado encontrándose con Jesús y con su Evangelio. Porque habría sido nefasto que se hubiesen quedado en Agustín y hubiesen hecho de él el centro y sentido de su vida. Habrían fundado una nueva secta y habrían sido como el tonto que se queda mirando el dedo que le señala la luna y no ve la luna, que es a donde señala el dedo.
San Agustín y tantos a lo largo de la historia nos señalan a Jesús. Sería tonto quedarnos en Agustín y no mirar a donde realmente hay que mirar, a donde miró el mismo Agustín. El Evangelio de hoy nos recuerda precisamente eso: que por muchos maestros, directores y padres que tengamos, en realidad no hay más que un maestro, un padre, un consejero. Agustín se quedaría decepcionado si no fuésemos capaces pasar de clase y de curso, de dejarle a él y acercarnos al que es el verdadero maestro, Cristo.
Conclusión: sería bueno que alguna vez nos acercásemos a las obras de san Agustín. Probablemente encontraremos en ellas mucha luz. Pero mejor es que dediquemos más tiempo a leer el Evangelio y encontrarnos directamente con Jesús porque Él es la luz. Y Agustín no es más que un reflejo, muy fuerte, muy vivo, pero solo reflejo de Aquel que es la luz.